27 diciembre 2007

Feliz Año de la Rata

Queridos tod@s,

Abandono momentáneamente mi retiro navideño para desearos, a pesar de que la cursileria y bobez de estas fechas me saca de quicio (pero ya sabéis que no hay nada mejor que contradecirse), un prospero año nuevo 2008: año en que según el calendario chino abandonaremos el cerdo para dar paso a la rata y año en que asistiremos a una ciclópea crisis económica que arrasará con todo (el fin del capitalismo se acerca, aunque estoy seguro que lo que venga será mucho peor). Que ustedes lo pasen bien.

Salud,

Z.

10 diciembre 2007

Viendo REC (2007) de Jaume Balagueró y Paco Plaza y Uno por ciento, esquizofrenia (2007) de Ione Hernández y Julio Médem

Vamos con dos estrenos, que hace días que no comentamos ninguno:

REC: Ahora que el terror patrio está de moda no podía dejar pasar la oportunidad de ver el nuevo filme de Balagueró, del que sólo he visto Los sin nombre que me pareció una buena película, de REC opino lo mismo. Un filme mareante por la manera en que está rodado, de tensión constante, con algún que otro susto y que se ve sin mayor problemas. Los actores están bien, aunque la protagonista está todavía algo verde para llevar el peso del filme, mucho mejores los secundarios.

Para mi gusto sobra la explicación final del “hecho” en sí, precipitada y forzada, y la frase final, será curioso ver cuántos litros de sangre más añaden al remake yanki (no sé si lo dirigirán también ellos). Lo mejor, el hecho de hacer una película como ésta, sin que resulte ridícula sino todo lo contrario, en un edificio del Eixample.

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Uno por ciento, esquizofrenia fue un proyecto que escribió Médem y en el cual empezó a trabajar hasta que delegó en Ione Hernández la dirección. El documental tiene una estructura similar a La pelota vasca, los protagonistas, sentados y sosegados, dan su opinión sobre la esquizofrenia: desde enfermos a doctores, pasando por familiares y teóricos.

El gran acierto del filme es dar voz a los propios afectados, que narran en primera persona su experiencia con la enfermedad, algunas desgarradoras, y su voluntad de integrarse en una sociedad que les rechaza por desconocimiento. Muy interesante.

05 diciembre 2007

Today it's a great day!

Felicidades al gran Valdi (aka Lev) por el nacimiento de su pequeño retoño.

Querido amici, nos hacemos más viejos y más sabios, ¡ah! pero qué tiempos aquellos que compartimos, algún día habrá que volver a ellos para saborear lo que perdimos y disfrutar más que nunca lo que tenemos.

¡Larga vida al rey!

T. (aka Zelig)

26 noviembre 2007

Representando 2666 de Roberto Belaño (Teatre Lliure)

Con un punto de escepticismo me acerqué al Lliure a ver la versión teatral del señor Rigola. Mis fieles seguidores saben de mi admiración por Bolaño, a pesar de que, como algunos de ustedes ya saben, el libro en que está basada la obra no podré leerlo hasta dentro de unos meses (pese a que hace ya más de un año que lo poseo), aun así, no podía dejar pasar la oportunidad de asistir a la representación.

Por lo que sé de la obra y por su tamaño, creo que aparecen más de doscientos personajes (uno de los que ha caído del montaje es su álter ego Arturo Belano), la concreción de Rigola ha sido máxima pese a las cinco horas (y he dicho cinco) que dura el montaje y que en ningún momento, lo digo ya para que no haya dudas, se hacen pesadas. Dividida en cinco actos, hay algunos, como el primero, donde se reconoce claramente la obra de Bolaño (personajes narrando directamente al espectador sus vidas) y otros, como el tercero (los actores encerrados en un cubo) y el cuarto (la violación), donde Rigola se desata y da muestras de su puesta en escena excesiva, amén de alguna que otra nota disonante como el pobre actor que pasa buena parte de la obra bailando

Los actores, que representan varios personajes, están espléndidos y la puesta en escena, pese a lo ya comentado, no es desacertada. En resumen, una buena obra que es la primera, de las que seguro le sucederán, adaptación dramática del escritor chileno (y del que hoy ya nadie discute -bueno sí, la pobre Isabel Allende, que es lo mismo que decir nadie- que es el narrador en lengua castellana más importante de las últimas décadas).

20 noviembre 2007

Escuchando a Ismael Serrano (l’Auditori)

Me dejé caer el otro día por el Auditori, por cierto que no se puede pagar con tarjeta en el bar de al lado (“La llanterna” creo que se llama, porque hice la broma de dónde estaba “La puça”, humor inteligente amigos). En fin, estoy seguro que es por la comisión bancaria, pero a estas alturas de la vida y al precio que ponían el mini bocadillo, lo que me parece un verdadero abuso es que sólo se pueda pagar en metálico. Eso es pecado y se llama avaricia (gracias a Extremoduro me sé los siete de carrerilla).

Como decía, estuve en la sala grande (las sillas son bastante incómodas, todavía me duele la espalda) viendo al cantante madrileño. Soy un seguidor moderado de su música, pero reconozco que hay canciones que me gustan y comparto buena parte de su discurso crítico. No obstante, la actuación no me convenció del todo, a diferencia de sus fans que enloquecieron y le obligaron a hacer varios bises, supongo que por el planteamiento que hizo el mismo Serrano de hacer un concierto tranquilo desechando las canciones más movidas, que son justamente las que yo prefiero.

Y, como no, tampoco tocaron mi canción favorita “Tierna y dulce historia de amor” se llama, la verdad es que he buscado el título, porque no sabía cómo se llamaba y me parece una cursilada, pero la canción tiene miga: habla de un diputado que se enamora de una adolescente para escándalo de su mujer, la sociedad y el partido. Como la vida misma.

Les dejo el link por si la quieren escuchar:
http://es.youtube.com/watch?v=0POBW8RPik0

12 noviembre 2007

Cinco cosas que Usted debería saber sobre el caos del AVE

Cinco cosas que parece que no se dicen o se dicen poco (y ya se sabe, hay que decirlo más) sobre las obras del AVE y el caos de las infraestructuras:

1. Que las obras no iban a estar ni mucho menos en la fecha señalada del 21 de diciembre. Tanto medios, como vecinos, como cualquiera que se hubiera tomado la molestia de preguntar al personal de la obra sabía que era humanamente imposible acabarla en fecha. Sólo el empecinamiento político hizo que se propagara la mentira hasta que fue inevitable. ¿Cuándo se inaugurará, entonces, el AVE? Siendo optimistas en fechas muy cercanas a las elecciones generales, si no tiempo después.

2. Que el terreno por el que transcurre el AVE a su paso por Bellvitge es arenoso y que es prácticamente imposible hacer pasar por ahí el túnel, máxime cuando por ese mismo emplazamiento ya pasa uno de Cercanías y otro de Ferrocarriles, era conocido por todos (por todos aquellos que se dedican a estos temas, claros) exceptuando a OHL que se ve totalmente desbordada para hacer frente al caos. La única solución que encuentran es intentar rellenar los huecos con cemento provocando nuevos socavones en otros terrenos o incluso rompiendo los túneles (como pasó con el de Ferrocarriles: uno de los motivos por los que sigue interrumpido su servicio) que circulan por abajo. Ahora la nueva solución es directamente introducir palos de hierro para apuntalarlo (el coste de todo esto, ni que decirlo tiene, es demencial).

3. Que el problema ya parte de la base: la de adjudicar la obra a la propuesta más barata (no a la de mayor calidad o garantías) que va subcontratando todos los servicios hasta que acaba ejecutando la obra algún inmigrante (con papeles o sin ellos) sin la capacidad o la formación para llevar a cabo dicha empresa (supervisado por alguien también con muy poquitas luces). ¿Si se han hecho obras de la envergadura del Canal de la Mancha no se puede hacer pasar un tren por debajo de la Sagrada Familia con todas las garantías? La respuesta es sí, pero en el país de la chapuza y el enchufe nadie apostaría por ello. ¿Alguien se la jugaría? Yo desde luego no. El peligro viene de ahí, de nuestra incapacidad. Será por eso también que las obras por debajo del templo han quedado aparcadas también hasta después de las elecciones.

4. ¿Por qué hacer la famosa estación en La Sagrera, el culo de Barcelona, y no en otro lugar? El objetivo no es otro que hacer lo mismo que con el Forum, un pelotazo de mucho cuidado que se acabarán repartiendo los amiguetes de siempre: por ejemplo, que sé yo, el Consorci per la Zona Franca, dirigido por Enric Lacalle y que casualmente también es el presidente del Barcelona Meeting Point (la feria inmobiliaria más importate de Barcelona). ¿No hubiera sido más viable el AVE por el litoral (pese a los costes muy superiores) o por el Vallès con un tren lanzadera desde Sant Cugat (una de las primeras alternativas descartadas)?

5. La mediocridad de nuestros dirigentes (tanto los que nos gobiernan, como los de la oposición), comenzando por el propio Montilla (conocida es la anécdota de que antes de firmar en todos los libros de honor saca una chuletita: ¿alguien que firma veinte veces al día no es capaz de aprenderse una puñetera frase en catalán para no hacer faltas?). Últimamente también se destaca su frase de la "desafectación de Cataluña hacia el Estado" dicha en un desayuno para ricos en el Forum Nueva Economía. Lo valiente sería que dijera eso mismo en el Congreso, por ejemplo.

Coda: Que nadie se sorprenda si la abstención aumenta aún más en las próximas elecciones, máxime cuando las fuerzas opositoras (también es sabido y parece que nadie se inmuta que el AVE a su paso por Guadalajara no para ahí sino en Yebes, en los terrenos –que casualidad, oye- de la presidenta de la Comunidad de Madrid, comunidad que también gobierna, dicho sea de paso, gracias a un pucherazo), con cargos electos corruptos gobernando CC AA, entre otras lindezas, son igual de responsables tanto de estos barros como de aquellos lodos. En resumen, una auténtica ciénaga.

07 noviembre 2007

Leyendo RUR y La fábrica del Absoluto de Karel Câpek

RUR (Robots Universales Rossum) es toda una rareza en el mundo de la literatura, es una pieza teatral que tiene la particularidad de ser el lugar donde se menciona por primera vez la palabra “robot”. De hecho, es una invención del propio Câpek que adapta una palabra eslava “robota” que viene a significar algo así como trabajo forzado o repetitivo.

La obra fue publicada en 1920 y prefigura un mundo mecanizado similar al Metropolis dibujado por Fritz Lang y su esposa Thea von Harbour (bueno esposa hasta que se hizo fiel colaboradora del regimen nazi, cosa que obligo a huir al propio Lang, literalmente, de noche y a hurtadillas del país; pero esa es otra historia).

La obra en sí, narra la rebelión de los robots frente a sus propios creadores, recluidos estos en una isla lejana; es, no obstante, una pieza irregular, aunque su singularidad se sitúe fuera de toda duda.

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La fábrica del absoluto es una novela que fue publicada por entregas en un diario checo. El matiz no es baladí, porque los primeros capítulos son magníficos. Narra con gran hilaridad la invención de un carburador que exhala un gas que va cobrando vida propia hasta ser capaz de hacer milagros y de realizar cualquier trabajo de una forma mucha más rápida y eficaz, y al que el pueblo acabará adorando como a un díos. De hecho, entre otras cosas, aparece el Vaticano reclamando su monopolio sobre las almas humanas (tengo mis dudas de que si esto fuera publicado hoy no desenterrara a más de una sotana con hacha de guerra).

Câpek confesaba que tenía escrita buena parte de la novela antes de que se empezara a publicar: hay capítulos redondos con excelentes finales que incitan a leer inmediatamente el siguiente. Sin embargo, la dejó inacabada aguardando una inspiración que esperaba le llegara antes de que se publicara la última entrega. Como las prisas no son buenas (anoto una de mis citas preferidas; es de Long John Silver en La isla del tesoro: “Las prisas, las malditas prisas, si supieras cuánta gente a muerto ahorcada por culpa de las prisas”) el libro decae en los últimos capítulos y pierde esa chispa y esa frescura del principio que auguraba una novela redonda en todos los sentidos. Aun así, vale la pena.

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Apunte biográfico: Câpek era considerado uno de los mayores enemigos del régimen nazi (en algun lugar leí que el número dos, no sé quién sería el uno). Murió de una neumonía en 1938 cuando era un firme candidato al Nobel. Poco después toda su familia sería exterminada en los campos de concentración.

29 octubre 2007

Viendo Cassandra's dream (2007) de Woody Allen y El orfanato (2007) de J.A. Bayona

Allen sigue estando en plena forma; no puedo estar más de acuerdo con una columna que leía el otro día que criticaba las ganas que tiene cierta gente de enterrarle, como si no fuera posible que un hombre que ya debería estar gagá siga produciendo una gran película al año, cuando no una obra maestra. Cassandra’s dream es del primer tipo.

El director neoyorquino da toda una lección de cine negro y suspense, con algún tinte de comedia, aunque para nada justifica las risas inquietas de cierta parte de la platea ante determinadas escenas (gente simple -de todo tiene que haber- que asocia a Allen con la comedia y se encuentra incómoda si les rompen los esquemas). A destacar, y pensaba que nunca escribiría esto, la interpretación de Colin Farell, el pero sería la intérprete que hace el rol de aspirante a actriz que no me acabó de convencer.

En resumen, el filme, con innegables toques a lo Hitchcock, es espléndido, una tragedia moderna, con todas sus connotaciones, construida con un montaje y unos planos milimétricos, nada parece sobrar y arropados, como no, por un guión magnífico.

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Bayona, que es uno de los pocos directores, y también tiene mérito, conocido gracias a un corto, el divertido Mis vacaciones, realiza un buen trabajo en su debut. La factura del filme es impecable técnicamente hablando, está bien construido y domina las particularidades del género.

Ahora bien, la trama no es nada del otro mundo, es otro película más de género con los mismos tópicos, filmado, eso sí, impecablemente, pero para mí sin ningún interés y cuyas influencias se retrotraen, as usual, a Henry James y su Otra vuelta de tuerca y la espléndida Suspense de Jack Clayton (digamos que de donde Amenábar se inspiró para hacer Los otros). En cualquier caso, Bayona tiene talento para hacer grandes cosas en el futuro.

22 octubre 2007

La rosa de los vientos

Si hace unos días me lamentaba de la muerte del que consideraba el mejor periodista de este país, Carlos Llamas, hoy toca hacerlo del director del que, para mí, era el mejor programa de radio y el único verdaderamente de culto de las ondas, La rosa de los vientos de Juan Antonio Cebrián.

Una muerte que, por inesperada, es, si cabe, más dolorosa que la de Llamas, que llevaba un par de años prácticamente apartado de la radio. Cebrián conducía un programa único, capaz de conjugar la ciencia y el medio ambiente con sus celebrados pasajes de la historia y sus tertulias sobre lo desconocido. Era, en suma, un gran divulgador (palabra que prefiero a la de comunicador, tan de moda ahora), con un gran sentido del humor, que hacía más amenas las madrugadas de los fines de semana. Sobre todo, la de los domingos; nunca cerraba los ojos antes de la una, pues siempre aguardaba a oír la hermosa sintonía con que daba inicio el programa y que acababa con la canción del mismo título del programa de los míticos Burros (antecesores de El último de la fila).

Corren malos tiempos para la radio, el único medio que, salvo por algún que otro ser despreciable, todavía conserva una pureza y libertad que ha desaparecido totalmente del resto de medios (excepción hecha de Internet).

Muere Cebrián y le quitan a uno el hábito, su dosis, y le dejan vagando por la madrugada hasta que surja otro genio, otro loco que se atreva, pero los genios andan escasos.

15 octubre 2007

Escuchando a Héroes del Silencio (Estadio de la Romareda. Zaragoza)

No puedo dormir con esas lágrimas, goteando encima de mí.
No más lágrimas, Héroes del silencio

Sí amigos más de una década después de su disolución, el grupo zaragozano se ha reunido para esta mini gira a la que, por supuesto, maese Zelig no podia faltar.

El concierto, lo digo desde un principio, fue espectacular. Si ha habido una banda de rock española (con el permiso de Extremoduro y Kortatu; sigo pensando que como mejor suena el rock es en vasco) esta ha sido Héroes. No sólo aúnan canciones y talento (Valdivia es, sin duda, uno de los mejores guitarristas que ha dado la piel de toro), sino que además tienen en Bunbury a la única verdadera estrella del rock (con todas sus pegas también) que ha generado este país, sólo hay que ver imágenes de sus conciertos veinte años atrás. Otra cosa es que caiga mejor o peor y que pueda ser chulo (que lo es). Siempre defenderé a aquél que intenta tener una voz propia, a aquél que se arriesga, que no al cantante (o persona, da igual) anodino que no alza la voz. Muestra de ello, también, es el cambio de registro de su carrera en solitario, que aunque irregular, tiene discos extraordinarios como Pequeño, sin duda, uno de los mejores de los últimos años.

Volviendo al concierto, fueron dos horas y medía de alta intensidad, no faltó ninguno de sus clásico y Bunbury manejó al respetable a su antojo, la frase que cito fue uno de los momentos culminantes con la Romareda a reventar coreando la canción. Como no podía ser otra forma, y dado que esta vez no nos acompañaron los energúmenos, nuestra querida Mofletes fue quien entonó el santo y seña mayúsculo.

01 octubre 2007

Spanish bombs: ¡Birmania resiste!

Hoy va de chinos la cosa:

. La junta militar acusa a la prensa extranjera de mentir y China pide no exagerar los hechos: Resulta cuanto menos decepcionante o desesperante la pasividad internacional ante el conflicto birmano (sí uno de tantos a los que la ONU permanece ajena); como leía hoy es una lastima que no tengan petroleo. La esperanza del pueblo birmano reside en las marchas pacíficas de los monjes budista, sin más armas que sus propios cuerpos. Gandhi consiguió coon la estrategia de la no violencia la independencia de su país y el respeto internacional (no sin haber sufrido antes interminables campañas de difamación).

Si extrapolo el comportamiento de la clase sacerdotal birmana con la española, no puedo más que sentir verguenza ajena de mis congéneres, siempre del lado de los ricos (los votos de pobreza los olvidaron hace mucho), que no dudaron en ponerse al lado de los sublevados y las armas (bendiciéndolas siempre que hizo falta) y que subvencionan y fomentan la hipocresía y el odio en sus propios medios de comunicación.

Pero volviendo al tema birmano, es igual de desesperante observar la pasividad china (Birmania es hoy poco más que una nueva provincia) que mantiene en el poder a un regimen dictatorial (igual que los Estados Unidos hicieron con sudamericana durante buena parte del siglo pasado: la historia de las grandes potencias se repite) esquilmando sus recursos naturales, anexionando su salida al mar y enriqueciendo a una casta militar de la peor calaña que sume a su pueblo en la más absoluta pobreza.

Perro mundo, ¡al infierno con todos ellos!

. Logran apagar un incendio en una mina china que llevaba ardiendo 180 años: ¡Malditos chinos, son capaces de haber apagado el mismo infierno!

26 septiembre 2007

Escuchando a Antonia Font (Catalonian Park)

Asistí el otro día al concierto de la banda mallorquina. Había oído muy buenas críticas de sus conciertos en directo, siempre, eso sí, en escenarios pequeños, a diferencia de éste. Quizá eso les pudo, la primera parte del concierto fue soporífera, sin ritmo, sin ningún tipo de interacción con el público, parecía que sólo hubieran venido a cobrar el cheque. Después, a medida que avanzaba la noche, empezó a mejorar, sobre todo con los temas de Taxi, su mejor trabajo.

El sonido, sin embargo, fue pésimo durante toda la actuación, nada que ver con la excelente factura y posproducción de sus discos. En fin, una gran decepción.

Y en dos semanitas Héroes...

20 septiembre 2007

Viendo Planet Terror (2007) de Robert Rodríguez y Death Proof (2007) de Quentin Tarantino

Bueno, pues ya me he devorado las dos películas de Grindhouse, la serie Z de nuestros amigos Rodríguez y Tarantino.

Las noticias que llegaban de EE UU ya decían que el filme de Tarantino era superior (allí creo que no funcionó muy bien el invento y por eso aquí se estrenaron por separado; hombre, la verdad es que no hubiera estado de más recortar un poco el metraje, las dos pelis seguidas se hubieran hecho interminables); en fin, estoy de acuerdo con esa apreciación, el filme de Tarantino es superior. Tiene más enjundia y además no renuncia a poner ese toque tarantiniano en los diálogos y en la construcción de personajes (Kurt Russell está estupendo),

El trabajo de Rodríguez, en cambio, lleva hasta la paranoia algunos elementos: demasiada sangre, acción y explosiones; eso sí, ahí los que están de miedo son algunos personajes secundarios, construidos con hilarantes pastiches de arquetipos (léase el médico y el dueño del bar).

En fin, me divirtieron los filmes, lo mejor son sus guiños cinéfilos: malos encuadres, diálogos absurdos, celuloide rayado (genial el rollo de metraje perdido de Planet Terror); el pero es que les sobra un cuarto de hora a cada uno. Por cierto, que el proyecto continúa, he leído por ahí que Rodríguez va a hacer en video el filme de Machete y alguno de los otros falsos trailers (que aquí no se han visto) también se van a llevar a la pantalla. Estaremos atentos

13 septiembre 2007

Leyendo Las islas de Arán de J. M. Synge y Exiliados de James Joyce

Para acabar con mi caterva de hechos irlandeses, les voy a contar dos libros leídos recientemente ambientados y escritos por nativos de allá.

Las islas de Arán (o Les illes d'Aran, puesto que lo leí en catalán) narra los cinco viajes que a finales del s.XIX y en los primeros años del s. XX hizo su autor, J. M. Synge, muerto prematuramente y uno de los renovadores del teatro irlandés. Un joven Synge coincidió en París con Yeats y éste le aconsejó que para ser escritor debería encontrarse a sí mismo (y a sus raíces irlandesas) y le animó a visitar las islas de Arán, que él ya conocía. Synge parte hacia allí y queda enamorado tanto de sus gentes como de su paisaje y buena parte de su obra posterior se inspirará en hechos o historias allí escuchados o vividos.

El libro en sí narra los viajes de Synge y sus relaciones con la gente del lugar. Hay personajes memorables como el viejo que muere después del primer viaje y al que califican del hombre más mentiroso del mundo, pues no para de contar e inventar historias. El libro se nutre de ellas, de hecho Synge quería aprender gaélico y invita a los lugareños a narrarles todo tipo de canciones, poemas o historias que luego transcribe al inglés. Hay de todo, algunas mejores (que se emparentan con relatos tradicionales, pero adaptados al lugar) y otros más flojos. En cualquier caso, un libro muy interesante, sobre todo si se quiere aprender sobre el lugar y sobre las condiciones extremas que vivían las gentes de allí, aislados prácticamente de la sociedad. (Doy fe de ello, cuesta mucho imaginar la dureza del lugar, pese a su belleza salvaje, sólo un siglo atrás.)

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Exiliados es según la crítica una pieza teatral fallida de Joyce, yo también lo pienso. (Hasta que no acometa de una vez el Ulises no podré emitir un juicio definitivo sobre su obra). El argumento, que mantiene las tres unidades aristotélicas no es más que un juego entre dos parejas (al estilo de Secretos de un matrimonio de Bergman, aunque la obra del sueco es muy, pero que muy superior) con un gran componente psicológico.

Cuesta creer que cuando escribió la obra se hallaba también inmerso en la escritura del Ulises, pues nada hay aquí ni de inventiva formal ni de juegos lingüísticos ni metaliterarios, en fin una obra menor o muy menor que además ha envejecido muy mal.

06 septiembre 2007

Viendo El hombre tranquilo (1952) de John Ford y algunas curiosidades sobre Cong

Tal como decía, durante mi viaje a la bella Irlanda visité el diminuto pueblo de Cong (aquí recordaré la anécdota del tipo de información de Galway que nos encontró alojamiento y nos dijo, muy orgulloso, que nos había encontrado hotel en el centro justo del pueblo... Y así fue, lo que no nos dijo el muy cachondo es que el pueblo no es más que una calle, y que, por tanto, ¡todo está en el centro del pueblo!).

Como decía, Cong tiene, según mi guía, unos ochenta habitantes y alberga una casa museo a imagen de los interiores originales del filme (que fueron rodados en estudio en Hollywood, con lo cual la realidad recrea a la ficción en este caso). Ford eligió este sitio y no el pueblo natal de su padre (que era irlandés, no así él que ya nació en Estados Unidos, pese a que siempre se definió y se le definía como irlandés) porque no había un lugar suficientemente grande y confortable para alojar al equipo. Al lado de Cong hay un hermoso castillo (hoy hotel de lujo) que sí reunía todas las comodidades para alojar al cast; de hecho, todos los exteriores se rodaron en los alrededores del hotel. Cuentan los lugañeros que Wayne bajaba cada noche caminando desde el castillo hasta Cong para beber con los lugareños, para desesperación de Ford que temía encontrarlo borracho al día siguiente.

Del filme, qué puedo decir, es una obra maestra absoluta que he visto varias veces y que revisioné justo al volver de viaje. Wayne, Maureen O’Hara, Victor McLaglen están estupendos, sin olvidar a Barry Fitzgerald haciendo uno de los mejores personajes secundarios de la historia. Al ver la película, uno, que alguna vez tuvo alguna veleidad cinematográfica, se siente como uno de los personajes de la novela El malogrado de Thomas Bernhard, donde tres jóvenes maestros del piano compiten entre sí, sabiendo dos de ellos que por mucho que estudien, practiquen, etc., nunca llegarán al nivel y la calidad del tercero, simplemente les es inalcanzable. ¿Puede alguien hoy día llegar al nivel de Ford en este filme? Simplemente es imposible, porque es una obra de arte que va más allá del tiempo, del mismo modo que Las Meninas o el David, son obras cumbres dentro de su género y es con ellas con las que hemos de compararlo.

04 septiembre 2007

Mis vacaciones o cómo visitar Irlanda en unas pocas líneas (2ª parte)

De regreso de las islas atravesamos la región lunar del Burren y Connemara, es increíble como en escasos kilómetros, y sin apenas transición, el paisaje cambia totalmente y se convierte en el verde sempiterno cubierto de lagos y brumas del condado de Mayo. Ahí visitamos Cong, el diminuto pueblo donde John Ford rodó su obra maestra El hombre tranquilo. Al día siguiente visitamos la hermosa isla de Achill, a la que se accede por un puente, donde el césped llega hasta la mismísima orilla y la gris arena crea unos extraños nudos que harían las delicias de Iker Jiménez.

De allí saltamos a la ciudad de Sligo, esta sí que es gris y fea, patria chica de Yeats, donde navegamos por la famosa isla del lago, Innisfree, que no es más que un diminuto peñasco (eso sí, geométricamente redondo) al que no se puede acceder, pero que se rodea en barco mientras uno se toma en la popa una Guinnes bien fresquita. También acudimos a Enniscrone donde nos sumergimos en unas bañeras de porcelana del siglo XIX para tomar unos a primera vista asquerosos, luego reconfortantes y seductores, baños con algas (que recomiendo a todos los incrédulos), que alternábamos con baños de vapor en unas saunas-ataud que dejaban la cabeza fuera.

La última parada fue Dublín. Si durante todo el viaje apenas si nos tropezábamos con turistas, aquí fue totalmente distinto, la marabunta de españoles (el castellano es el idioma oficial de la capital) como de catalanes te hacía pensar que habías vuelto antes de tiempo. Dublín es una ciudad pequeña, que puede recorrerse a pie, demasiado volcada al turismo. Recomiendo la ruta de las bibliotecas, auténticos templos que permanecen tal cual eran siglos atrás y como no, visitar la fábrica y tomar cuantas más Guinnes mejor (el globo que cogió la Subcomandante fue antológico).

En resumen, país hermoso con gente encantadora (siempre sonríen y te saludan cuando te cruzas con algún nativo; alguien pensó que no paraba de ligar en todo el viaje, hasta que se dio cuenta de que a mí también me saludaban, jeje), con un nivel de vida envidiable (quizá ayude a entenderlo saber que su salario mínimo son 1400 euros, cuando aquí que nos creemos los amos del mundo y es de 540), un gusto y un cuidado estético por su paisaje (calles limpias, engalanadas con flores, arquitectura colorida, calida, sin grandes monstruos de tocho y cemento) y, por cierto, nada de ir de hotel, son mucho mejores y baratos los bed and breakfast; otra cosa es el yantar, en la tierra de los duendes podrán comer todo tipo de patatas, cuatro coles y pollo, pero poco más, incluso el pescado, servido rebozado, parece sacado del Mercadona más próximo, ahí sí les doy la razón de que como en casa no se come en ningún sitio.

Ah, y por las dudas, llueve sí llueve, pero señores esto es Irlanda, además si uno se fija en los nativos se da cuenta de que no llevan paraguas ni falta que les hace, asombrosamente por algún tipo de técnica milenaria consiguen no mojarse (hasta la lluvia es hermosa: fina, imprevista, puede hacer un sol de justicia y descargar durante treinta minutos para luego desaparecer de golpe). En fin, queridos, un lugar para volver y disfrutar del cual les hablaría durante horas y que les recomiendo encarecidamente.

03 septiembre 2007

Mis vacaciones o cómo visitar Irlanda en unas pocas líneas (1ª parte)

Sí amigos, al fin he vuelto de mis merecidas, y nunca suficientemente largas, vacaciones estivales. La bella y verde Irlanda fue el destino escogido para solazarme con mi estimada Subcomandante.

Aterrizamos en Dublín y sin salir del aeropuerto alquilamos un minúsculo automóvil (tuvimos que sentar las maletas en el asiento de atrás y meter el neceser en el maletero). Ni que decir tiene que conducir por la izquierda tiene miga, sobre todo el primer día, el segundo eres el rey y el tercero echas a los irlandeses a la cuneta, jeje; eso sí, son conductores amabilísimos, no pitan, ceden el paso y no te pegan el morro a la parte de atrás.

Las carreteras, por el contrario, son horribles, pero con el encanto de que ovejitas y vacas te contemplan (son tan respetuosas que ni siquiera invaden la calzada). Kilkenny fue la primera parada, un pueblecito mediano con encanto. La siguiente fue Galway, hermosa ciudad que celebraba sus races en aquellas fechas, con lo que las señoras (léase jovencitas) iban todas de punta en blanco, tocadas con sombreros que no desentonarían en Ascot, y los señores, como no, ataviados con el sempiterno traje. Allí visitamos los espectaculares acantilados de Moher y zarpamos hacia las islas de Arán, enclave mágico, y aislado hasta hace escasas décadas, donde los halla.

Contaba Synge en su libro Las islas de Arán (que un día reseñaré ¡hay que documentarse amigos antes de partir!) que cuando alguien enfermaba solían acudir el médico y el cura, porque no sabían si podría zarpar si el clima empeoraba. Allí, obviamente, sobrevivimos a una suerte de diluvio en miniatura y gozamos de un pub típico con musica en directo (como todos los pubs de Irlanda), pero con la peculiaridad de que aquí el tiempo sí parecía haberse detenido, y nos acercamos a la casa construida por el equipo de Flaherty, cuando rodó Hombres de Arán. Por cierto, en esta zona hablan gaélico, cosa que hace que su inglés sea mucho más neutro y comprensible, porque eso sí, los irlandeses no hablan nada de castellano (ni de cualquier otro idioma), puesto que no les interesa lo más mínimo lo que pase más allá de sus fronteras (los diarios, todos sensacionalistas, sólo recogen noticias propias, a lo sumo, alguna referencia a la guerra de Irak cuando caía algún soldado inglés).

[Continuará...]

29 julio 2007

¡Cerrado por vacaciones again!

Camaradas,

Como ya es habitual por estas fechas el doctor Zelig se dispone a tomar sus merecidas vacaciones, así que durante el próximo mes de agosto siento decirles que no podrán disfrutar del frenético ritmo de actualizaciones del que de un tiempo a esta parte hacía gala. En cualquier caso, el próximo 1 de septiembre aquí les espero con entradas fresquitas.

Mientras tanto que mejor forma de soportar la espera y superar la añoranza que releyendo alguno de mis antiguos y exquisitos posts. Para seguir con la tradición del año anterior les anoto tres cosas que, a mi pesar, no haré este verano:

1. Tomarme una Coca-Cola en la Plaza Roja mientras grito: I'm a real comunist!
2. Darme un garbeo en helicoptero con la Espe y el Marianín
3. Dibujar una portada de El Jueves con el juez Del Olmo haciendo un doggie stile.

See you soon,

Leonard Z.

28 junio 2007

Viendo Grbavica (2006) de Jasmila Zbanic y El último rey de Escocia (2006) de Kevin MacDonald

Excelente la opera prima de Jasmila Zbanic, que ganó el Oso de Oro en Berlín. Ambientada en Sarajevo, en el seno de una familia bosnia, narra la tensa relación entre una madre que fue violada durante la guerra de la antigua Yugoslavia y su hija rebelde, que desconoce la verdad y se cree vástaga de un héroe.

La directora vertebra estupendamente la excelente interpretación de la madre y la hija con la recreación de la Bosnia actual, la corrupción, las viudas de la guerra, los excombatientes y el esfuerzo de todos, a pesar de las humillaciones que han de sufrir, por salir adelante y cerrar las heridas. En definitiva, un filme que es el reverso oscuro, de las por otro lado excelentes, películas luminosas y vitales de Kusturika.

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Esperaba más del filme de MacDonald, que no pasa de ser un trabajo correcto. La recreación de la Uganda de la época parece acertada, aunque a veces se hace demasiado increíble la ingenuidad del joven doctor escocés (por mucho que este basada en hechos reales, tal vez, por eso mismo, uno piensa que quizá no era tan ingenuo).

Lo que no entiendo es la claudicación de todo el mundo con la interpretación de Forest Whitaker como Idi Amin, que lo hace bien ojo, pero no creo que sea tan absolutamente definitiva como para recibir todo tipo de elogios y premios (el Oscar, entre otros) sin ningún pero ni ninguna voz crítica; como pasó también con Philip Seymour Hoffman, en Capote. Creo, por ejemplo, que tanto en Bird (la obra maestra de Clint Eastwood) el primero como en Happiness (la respectiva obra maestra de Solondz) el segundo hacen interpretaciones muy superiores a estas; pero parece que muchas veces se premia y se escribe mucho más de oído que no yendo a las salas. C’est la vie.

22 junio 2007

Escuchando The Rolling Stones (Estadi Olímpic de Montjuïc)

Aprovechando que sus satánicas majestades se acercaron a saludar al amigo Zelig, organizamos una pequeña expedición para recibirles como es debido: a la “trobada” asistieron el ínclito que les habla, la Subcomandante Mofletes, Tom Young, O. Bronski, Ops (todo un maestro con los codos) y señora, más dos convidados de piedra.

El concierto estuvo a la altura de lo que se esperaba: intenso, espectacular y trufado de clásicos, con recuerdo y homenaje para el recientemente fallecido James Brown (el amigo Young, todo un mitómano en lo a que Stones se refiere, sentenció que era el mejor de los cuatro conciertos a los que había asistido). Nuestra ubicación fue, dentro de lo que cabe, inmejorable, justo en el centro de la pista y al final de la pasarela móvil por la cual se desplazaba el escenario, eso hizo que cuando cantaron clásicos como “It’s Only Rock´n Roll” o “Honky Tonk Woman” estuvieramos a escasísimos tres metros de Jagger & Co (como es habitual, vaya al concierto que vaya, mi canción preferida nunca es tocada, en este caso fue “Paint in Black”; tampoco cayo “Angie”).

Sorprendente fue el estado de forma de Jagger: fibrado, atlético y con una energía que ya quisiera yo no a los sesenta sino a los treinta, a Ronnie Wood también se le veía en forma, Charlie Watts estuvo hierático en su batería y al que se vio más lento de reflejos y movimientos fue a Richards (¿será por culpa del cocotero?) que aún así aguantó inconmensurable durante todo el concierto.

Inexplicablemente, los mismos energúmenos que exclamaron “mayúsculo” en el concierto de Springsteen también hicieron acto de presencia en este concierto que acabó con un espectacular “Satisfaction” cantado a viva voz por las 50.000 almas del recinto. Inolvidable. Imagino que habrá todavía como mínimo una gira más antes de que se retiren, seguro que volveremos.

I know, it’s only rock’n roll, but I like it.

16 junio 2007

Mi humilde propuesta a la fanfarria nacional

Ahora que el himno patrio se ha convertido en cuestión de Estado, no podía dejar pasar la oportunidad de aportar mi granito de arena a tan interesante debate.

En primer lugar yo suprimiría el actual por alguno de mayor raigambre léase "Mi carro" o "Aserejé": el primero tiene la virtud de ser una letra castiza y de sobras conocida, el segundo además de ser ya un himno mundial viene acompañado de un simpático baile con el que sorprender y ganar para la causa a los espectadores más reacios.

En cualquier caso, parece que el quid de la cuestión estaba en que la fanfarria actual ya nos vale, pero le falta letra, algo que no entiendo pues en mi tierna infancia se cantaban unas hermosas coplas (y que además no tienen derechos de autor, para desesperación de los bandoleros de la SGAE) que deberían recuperarse. Así pues, esta es mi propuesta; lamentablemente sólo recuerdo la primera estrofa. De nada.

Franco, Franco
que tiene el culo blanco
y su mujer
lo lava con Ariel...

11 junio 2007

Leyendo El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco de Charles Bukowski y Ronda del Guinardó de Juan Marsé

El capitán...: Bukowski me parece un escritor interesante (al igual que a Faemino y Cansado al que siempre dedicaban sus espectáculos), pero tampoco es mi autor de cabecera. He leído algo de su poesía y sus relatos breves y hay de todo: algunos (pocos) muy buenos y otros correctos y malos; no obstante, entiendo la importancia de su obra sobre todo en sus aspectos formales y en su integridad a la hora de abordar el yo.

El libro en cuestión es un diario de sus últimos meses antes de morir. Contemplamos a un Bukowski viejo, famoso, que pasa la mayoría de los días apostando en el hipódromo, que se baña en su jacuzzi y que pese a que él mismo se siente extraño, tras vivir años entre escombros, por nada renunciaría a eso. Cortito y entretenido (por cierto, el título es magnífico).

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Ronda del Guinardó: Juan Marsé es sin duda uno de los mejores autores contemporáneos y uno de los que cuidan más su prosa. Esta pequeña gran novela tiene muchas de sus claves habituales: niño protagonista, ambientada en la posguerra, etc.

La trama es el paseo (o ronda) que el protagonista, un policia, hace por el barrio barcelonés del Guinardó con una niña hasta el depósito de cadáveres para que certifique si el cuerpo que han encontrado es el del hombre que la violó unos años atrás. La niña se resiste a ir al tanatorio y el policía decide acompañarla en su quehacer diario, lo que aprovecha el autor para hacernos un fresco de la vida española de los años cuarenta. Excelente.

24 mayo 2007

Viendo Una historia de Brooklin (2005) de Noah Baumbach y The hidden blade (2004) de Yoji Yamada

Una historia de Brooklin. Una agradable sorpresa este filme ambientado a mediados de los años ochenta. Cuenta de forma ácida y cruel la desestructuración de una familia neoyorquina. El guión y los actores están espléndidos, desde Jeff Daniels, que hace de padre, escritor fracasado y profesor universitario que quiere acostarse con sus alumnas (que no es otra que Anna Paquin, la niña de El piano que ya está crecidita), hasta el hijo pequeño, ni siquiera es aún adolescente, borracho, pajillero y con tendencias suicidas.

Por estar bien, está (y me cuesta creerlo) William Baldwin (como profesor de tenis que se acuesta con la madre, of course) el peor (aunque quien se arriesga a decir cuál es el peor de ellos) de esa plaga bíblica que son los hermanos Baldwin. Aún así, una película muy recomendable, a medio camino entre Happines y American Beauty.

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The hidden blade. Este filme en cambio fue decepcionante, a pesar de que el tema podía dar mucho más de sí. El argumento planteaba un filme de samuráis ambientado a finales del s. XIX, cuando ellos ya han perdido su papel en la sociedad y las armas de fuego han desplazado sus técnicas ancestrales.

Suena interesante, ¿verdad? Uno esperaba una película crepuscular al estilo de El hombre que mató a Liberty Valance o Centauros del desierto en el western (dos clásicos que ningún ser humano, o incluso sin serlo, debería morir sin ver); sin embargo, el trabajo del veterano director japonés está muy lejos de aspirar a eso y se queda en una soporífera historia de amor.


Vuestro cinéfilo de guardia,

Z.

13 mayo 2007

Un año después seguimos bajando el nivel: ¡Viva el Festival de Eurovisión!

Pues sí fieles seguidores, tal como amenacé el año anterior he vuelto a ver el Festival de Eurovisión. Este año volví a llegar tarde y me enganché en la décima canción más o menos. Así que la crónica vuelve a ser incompleta, pero ¿quién demonios la quiere completa?

Antes que nada diré que mis dotes de pitoniso volvieron a hacerse patentes (así puede atestiguarlo la Subcomandante Mofletes) y volví a acertar el ganador. Tuve la intuición de que la ñoña de la serbia iba a ganar, huelga decir que yo iba con la locaza envuelta en papel de plata y brillantina ¿era de Ucrania? o los franceses con batería con alitas y cantante vestido de rosa corriendo por el escenario.

La conclusión que obtuve es que sigue imponiéndose lo bizarro (la locaza acabó segunda) y que este año aumentó la proporción de frikis, no obstante, sigue habiendo una reticencia todavía a consagrar este festival al petardeo europeo y aún hay un sector que apuesta por lo clásico (verbigracia los ganadores). España como siempre sigue sin enterarse de nada, después de que lo de Eurovisión fuera una cuestión de Estado, las cuatro o cinco cabezas pensantes (lo de pensante es una licencia de quien escribe) que deciden cada año qué enviamos apostaron por una copia relamida de los Back Street Boys, algo más acabado que las maracas de Machín. En el país del frikismo que tengamos que ser representados por este panda de engominados teniendo artistas de raza como Tomeu Penya o Cañita Brava clama al cielo.

En fin, ya espero ansioso la próxima entrega de este gran despropósito (un consejo, hagan como yo, disfuten el festival con unas botellas de Lambrusco -cayeron cuatro repartidas entre tres seres humanos- de otra forma se hace muy cuesta arriba). Salud.

09 mayo 2007

Viendo Moby Dick (1956) de John Huston y Crónica de un amor (1950) de Michelangelo Antonioni

Hablemos sucintamente de dos clásicos vistos recientemente (rodolí).

Moby Dick: La obra maestra de Melville fue adaptada por Huston con un resultado aceptable. No diré que es un clásico imprescindible, pero sí una gran obra. La elección de Gregory Peck, que siempre fue cuestionado como Capitan Ahab, no me parece desacertada, o en todo caso, defiende aceptablemente el papel. Es destacable el tratamiento del color y la ambientación, sobre todo, al principio del filme con esas irreales y a la vez embrujadoras escenas de taberna irlandesa (a la manera de Ford en El hombre tranquilo). Espectacular es, también, la escena de Ahab muerto arrastrado por la ballena.

Por cierto, guardo como un pequeño tesoro (en mi archivo de lecturas pendientes) el libro Sombras verdes, ballena blanca (uno de esas joyitas, que precisamente porque lo es está descatalogada) que son las memorias del rodaje de aquel filme hechas por el guionista del mismo, entonces un desconocido Ray Bradbury.

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Crónica de un amor: Fue la ópera prima del maestro italiano en una época en que todavía navegaba por el neorrealismo y no frecuentaba las turbulentas aguas experimentales.

Enmarcada dentro del género negro (aunque todavía con el legado neorrealista muy presente), la película es un triangulo amoroso con asesinato incluido, of course, y un frío retrato de la alta burguesía italiana de la época. Excelente como femme fatale Lucia Bosé.

01 mayo 2007

Viendo 300 (2006) de Zack Snyder y Shortbus (2006) de John Cameron Mitchell

300: Correctillo el filme basado en la batalla de las Termópilas. De hecho, no sigue lo relatado por Heródoto, sino el espléndido cómic de Frank Miller, esto es, fidelidad histórica (si es que puede haberla ya sea siguiendo a Heródoto, Diodoro de Sicilia o Miller) parece que más bien ninguna; pero eso, al fin y al cabo, no es lo importante.

La adaptación del cómic a la pantalla (visualmente, me refiero, no está mal), los actores son armarios sin pretensión de ser nada más, pero el filme pasa agradablemente. A mi juicio, abusa en demasía de las escenas de batallas, y alguien me dirá: ¡coño, pero si narra precisamente eso! Ya, pero hay maneras y maneras de hacerlo, el maestro Bresson en su Lancelot du Lac filmaba las batallas desde el fuera de campo, no las veíamos pero las presentíamos, porque no siempre lo explicito es lo mejor, amigos.

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Shortbus: En cambio en esta película, lo explícito está más que justificado. Diferentes personajes confluyen en el local neoyorquino que da título al filme, para hablar, hacer y resolver sus problemas sexuales. Actores semiprofesionales configuran un reparto que no escatima en escenas explícitas.

Es un filme valiente, con una buena dirección fílmica y actoral que sorprende por la naturalidad interpretativa (parece que un "intenso" casting y meses de preparación dio lugar a ello). Para el recuerdo, la descacharrante (no se me ocurre un adjetivo mejor) escena en que cantan el himno americano, no desvelaré cómo, tendrán que verla para averiguarlo.

26 abril 2007

Repesentando Joseph i l’increïble abric en Technicolor (Teatre del Sol) de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice

Sí amigos, como estoy hecho un marchoso, acudí a la representación hecha por un grupo de teatro amateur (bueno, más bien semiprofesional, creo) de la que es la ópera prima del dueto Webber y Rice (que me consta también tienen grandes detractores).

Antes que nada, tengo que elogiar el excelente trabajo, y ya van unos cuantos, que ese pequeño genio que es Daniel Anglès (responsable de El musical més petit) ha hecho para adaptar la obra al catalán.

Dicho esto, la representación en sí fue absolutamente espléndida y lo digo de forma tán mayúscula, porque superó, y con creces, todas las expectativas que tenía puestas sobre ella. Hay números musicales antológicos (la canción de los colores del abrigo, por ejemplo), que con la buena voluntad y disposición del equipo del Teatre del Sol suplen la carestía económica y de medios. Los actores transmiten la alegría que el musical desprende, uno sale de la obra imbuido en esa orgía fraternal que el musical propone y que no hace sino constatar que a veces la fama o el reconocimiento es cuestión de suerte, porque el talento sigue habitando en los lugares más inhóspitos.

En fin, si tienen la oportunidad, no se la pierdan yo no descarto repetir (algo inaudito en mí) antes de que desaparezca del cartel.

23 abril 2007

I was dead for 4 weeks in the city of Barcelona...

Sí amigos, haciendo mío el titulo de las denostadas hermanas Llanos les invito a mi resurrección. Después de transitar por las mismísimas puertas del infierno durante estas últimas cuatro semanas, parece que empiezo a recuperar el tiempo perdido. Estoy seguro de que no sólo no se han ido sino que aguardaban expectantes mi regreso.

Hoy, como ya ha comentado nuestro amigo Lev (en su heterónimo Valdi) es un día especial: sei Sancti Giorgio. Así que, que mejor reencuentro que comentar los libros que nos han o nos hemos regalado.

Por mi parte les diré que la Subcomandante Mofletes apostando sobre seguro me ha sorprendido con El secreto del mal, uno de los dos libros inéditos de Bolaño que se han publicado recientemente (en este caso un conjunto de relatos que mucho me temo empiece mañana mismo a devorar) y un inesperado Contra los ismos de Gao Xingjian, una miscelánea del premio Nobel chino que recoge una pieza teatral y algunas breves prosas inéditas.

Les cedo el turnos señores/as...

26 marzo 2007

Leyendo Los girasoles ciegos de Alberto Méndez y Tombuctú de Paul Auster

Alberto Méndez fue un tipo curioso, estuvo vinculado durante toda su vida al mundo editorial, de una u otra manera, hasta que finalmente se decide a publicar su primera obra, Los girasoles ciegos, para morir pocos meses después. A través del boca oreja, el libro se ha convertido en un pequeño éxito editorial aunque él no llegó practicamente a saborearlo.

El libro está compuesto de cuatro relatos breves ambientados en la Guerra Civil o inmediatamente después. Son cuentos de perdedores, todos de un alto nivel narrativo y de una gran calidad, que reconstruyen nuestra memoria colectiva. Desde el militar del bando nacional que deserta porque su bando solo quería aniquilar al otro y no ganar la guerra, al del hombre recluido en su armario que asiste impotente a la humillación de su familia. Aunque, seguramente, el sobrecogedor segundo relato (que se había publicado anteriormente en solitario y que ya había sido premiado), el del joven poeta adolescente que huye por las montañas con su mujer embarazada, sea el mejor de ellos. Muy recomendable.

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El siguiente libro, en cambio, no lo recomiendo. Tombuctú es una novela pesada, que se hace interminable. Auster nos propone seguir las vicisitudes de un perro y sus cambios de dueño vistos desde el punto de vista del can. El autor intenta ser gracioso, pero lo único que consigue es que deseemos que un tráiler pase cuanto antes por encima del chucho y se termine la novela.

Seamos claros, Auster en un buen autor (tampoco he oído nunca a la crítica decir que sea el gran autor contemporáneo), buen exponente de la posmodernidad y que cuenta con el favor del público, pero al que yo creo le falta un punto para ser uno de los grandes. (¡Ojo! No se me maliterprete, sigue siendo un tipo interesante, al que pienso seguir leyendo, y que ha firmado buenas obras como El libro de las ilusiones; su filme, por cierto, Lulu on the bridge, es un peñazo.) Veremos que tal la siguiente.

22 marzo 2007

Viendo Berlín-Occidente (1948) de Billy Wilder y El verdugo (1963) de Luis G. Berlanga

Bien amigos, hablemos hoy de dos clásicos vistos recientemente, porque no sólo de estrenos vive el hombre.

Berlín-Occidente (A Foreign Affair): Aunque prefiero otros filmes del maestro Wilder, ésta es una gran película ojo, que nadie se quede sin verla si tiene la oportunidad. Como siempre la Dietrich está espléndida en su papel de vampiresa. El filme aprovecha los escenarios reales del Berlín en ruinas, para narrar una historia de estraperlistas, supervivientes y ex colaboracionistas nazis en clave agridulce.

No es casual que la película recuerde otras rodadas por aquellas mismas fechas como la gélida Alemania año cero de Rossellini. Ambas son películas que nacen en la posguerra de la segunda guerra mundial. En cambio, hoy día, parece que nadie es capaz de acercarse de la misma manera a los conflictos contemporáneos, ya sea en la supuesta posguerra (o guerra civil) iraquí como en alguno de los olvidados conflictos africanos. Algo falla.

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El verdugo es uno de esos filmes que hay que ver cada cierto tiempo. Una obra maestra de la historia del cine, no sólo de nuestra filmografía y que cuenta, también, con uno de los mejores actores del celuloide, Pepe Isbert (estoy seguro que de haber nacido en Estados Unidos hubiera sido uno de esos admirables secundarios, como Ward Bond o Walter Brennan, que aparecían en los filmes de John Ford).

Poco decir que nadie sepa sobre su argumento. Me quede sobrecogido, como siempre, con ese admirable plano-secuencia del yerno de Isbert y futuro verdugo cuando tiene que ajusticiar al reo. Empieza en su rostro descompuesto y acaba empequeñecido en un gran plano general. Ahí la comedía que puebla el filme se torna de golpe en un grito angustioso para el espectador.

Esa escena me trajo a la mente los versos de John Donne (que dieron título a la novela de Hemingway y que muy probablemente Berlanga tuviera en mente al rodarla):

La muerte de cualquier hombre me disminuye,
Porque soy una parte de la humanidad.
Por eso no preguntes nunca
Por quien doblan las campanas,
Están doblando por ti.

19 marzo 2007

¡He vuelto! Viendo Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima (2007) de Clint Eastwood

Sí amigos, ya podéis respirar aliviados, vuestros días de luto han terminado, ha vuelto vuesto héroe favorito Super Zelig. Y en estos días inciertos en que vivir es un arte (que cantaban aquéllos) han pasado muchas cosas, entre ellas, el ágape conmemorativo de la porra de los Oscar. No estaría de más que los asistentes a dicho evento dedicaran unas líneas a explicar lo que allí acontenció, en especial la ganadora, O. Bronski que, como es costumbre, debería hacer la crónica de sociedad del tiberio.

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Y bien, entremos en harina, como le prometí al señor Lev voy a esbozar sucintamente unas líneas sobre los recientes trabajos de Eastwood; ya le dije que actualizaría el lunes, lo que no especifiqué es cuál de ellos:

Banderas de nuestros padres es un filme correcto, pero que, para mi gusto, se recrea en exceso en las escenas bélicas, escenas que, dicho sea de paso, desde Salvar al soldado Ryan se repiten de forma idéntica en todos los filmes del género. La idea de narrar en paralelo mediante flash-backs la toma de la isla y la historia de los chicos una vez les obligan a regresar como héroes es un acierto. No obstante, creo que es muy superior Cartas desde Iwo Jima, aquí sí, Eastwood se luce. La interpretación de los actores es excelente, reflejan perfectamente las contradicciones de los japoneses en su lucha, mucho más creíbles o humanizados frente al estigma heroico con el que se suelen construir los personajes norteamericanos (también en Banderas).

El alegato antibélico es claro, sobre todo, al tener la visión de los dos bandos y ver como ese encarnizamiento que vemos en la versión americana pierde todo su sentido al contemplar la misma escena desde el bando japonés. Es memorable, y aquí hay un guiño muy claro a La gran ilusión la obra maestra de Renoir con el descomunal Eric Von Stroheim, el momento en que el oficial japonés atiende y habla con el soldado americano herido; es entoces cuando vemos lo absurdas e irracionales que son las guerras.

Coda: ¿Cuándo juzgarán en el Tribunal Internacional de Derechos Humanos de La Haya a aquéllos, algunos incluso todavía gobiernan, que alientan y propagan las guerras sin otros fines e intereses que los suyos propios? Espero que pronto.

27 febrero 2007

Viendo Apocalypto (2007) de Mel Gibson y El libro negro (2007) de Paul Verhoeven

Y después de los Oscar, dos estrenos más para no perder el ritmo:

Apocalypto. Tenía bastantes expectativas puestas en la película de Gibson, me parece que es un director como mínimo interesante en sus propuestas. La violencia gratuita que siempre se le achaca yo casi lo calificaría como un rasgo propio de estilo, rasgo que a mí, por otra parte, no me aporta nada (la prefiero, si es que he de preferirla, en Tarantino, por ejemplo), pero hay otras cosas que prefiero como el uso de los idiomas originales, tanto aquí como en La pasión de Cristo, o su gusto estético (Braveheart no la he visto, pero sí El hombre sin rostro y me parece una película aceptable).

Dicho esto, todas las críticas negativas que ha recibido el filme para mí están más que justificadas. Estaba ambientada en la cultura maya como podría haberlo hecho en medio de Nueva York, el filme acaba siendo una mera persecución y un canto a la familia tradicional. La violencia es absolutamente gratuita y no porque no existiera en aquella civilización, sino porque es lo único que le interesa mostrar, nada de sus construcciones, conocimientos astrológicos, matemáticos, su forma de vida o su organización social. Ambientarla en las civilizaciones precolombinas es sólo una estrategia de márketing porque en nada le interesa ésta. En suma, una oportunidad perdida de hacer algo verdaderamente interesante y no un ejercicio donde descargar toda su bilis.

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El libro negro. Ahora que parece que Hollywood ha repudiado a Verhoeven y éste a vuelto a Europa, quizá tengamos fortuna y podamos disfrutar más de su cine sin el encorsetamiento al que le somete Hollywood. Delicias turcas, Los señores del acero, Desafío total o Instinto básico (grandioso thriller, más allá de que la Stone enseñe las tetas) son todas excelentes títulos en géneros muy dispares.

De momento con El libro negro (con producción y equipo holandés) ha dado en la diana y ha hecho un muy buen trabajo ambientado en la segunda guerra mundial. Verhoeven da una visión nada convencional (y por tanto, nada complaciente) sobre el papel de la resistencia holandesa. Si bien hay algún personaje y algún momento del filme de dífícil verosimilitud, el resultado final está por encima de estos matices.

19 febrero 2007

La Porra de los Oscars 2007

Queridos mortales,

Ha llegado el momento de la esperada "Porra de los Oscars 2007". Este año hemos tendido brazos fraternales con la página amiga de La hora del recreo y a petición suya hemos organizado conjuntamente el concurso. Para votar habrán de dirigirse a este link. En los comentarios, no obstante, quien guste puede poner sus candidatos. Yo lo haré en breve.

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Por cierto, acabo de enterarme que el Oscar honorífico de este año es para Ennio Morricone. Justísimo, teniendo en cuenta que nunca se lo han dado. ¡Ah! Hoy se pone a la venta un disco homenaje a Morricone con diferentes artistas interpretando su música y canciones. No lo he oído, todavía, pero sé que el Boss hace una versión de Hasta que llegó su hora. Very interesting.

14 febrero 2007

Viendo María Antonieta (2006) de Sofia Coppola y Babel (2006) de Alejandro González Iñárritu

María Antonieta. Aguardaba el inicio de mi habitual clase de spinning (aquí la noticia no es que estuviera haciendo spinning, sino lo que viene a continuación) cuando escuché una amena conversación entre unas señoritas al respecto de María Antonieta. La líder del grupo había visto el filme y estaba totalmente decepcionada porque la película era lenta, “pero lenta, lenta”. Supongo que estaría defraudada después de ver el trailer videoclipero, y le aconteció justo lo contrario de lo que me sucedió a mí que, justamente por eso, me temía lo peor.

El filme narra la vida en la corte de la futura reína, y hace especial hincapié en el hastío y el protocolo absurdo que sufría diarimente. María Antonieta vivía practicamente enjaulada, en una cárcel de oro eso sí. Por tanto, el tono que adopta Coppola es el adecuado, ritmos lentos, repeticiones, etc. (a la manera de Kubrick, salvando todas las distancias, en Barry Lyndon). El resultado final es un filme correcto (tampoco ninguna maravilla) en el que apenas si hay canciones poperas ni el ritmo acelarado que proponía ese tramposo trailer que buscaba atraer esas masas semianalfabetas que, ante un plano que dura más allá de tres segundos, se revuelven en los asientos.

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Babel. Este nuevo filme del tándem Iñárritu – Arriaga (que creo haber leído por ahí que será el último, al menos por el momento) demuestra que ambos están en plena forma. El guión del segundo es excelente y la dirección del primero también.

Como en sus filmes anteriores, hay tramas paralelas que se entrelazan entre ellas. En la película queda bastante patente la teoría del efecto mariposa y sus consecuencias globales. Los actores están impecables, a destacar la niñera mexicana o la japonesa del monstruo peludo, creo que ambas nominadas al Oscar (no desesperen, next week haremos la tradicional porra) al igual que Iñárritu (que espero no arrebaté el galardón a mi admirado Scorsese, ¡que ya le toca hombre!, aunque debería haberlo ganado mucho antes).

12 febrero 2007

Viendo Cruzando el puente: Los sonidos de Estambul (2005) de Fatih Akin

Excelente documental el del cineasta alemán de origen turco (del que no he visto todavía Contra la pared, aclamado filme que se hizo famoso, entre otras cosas, porque la actriz principal y premiada en Berlín había hecho porno años atrás, cosas que pasan). Akin recorre las calles de Estambul de la mano del bajista de los vanguardistas Einstürzende Neubauten (del cual Mark Cohen es todo un experto, not me) buscando los distintos grupos y sonidos que conviven en la capital turca.

El gran acierto es lo variopinto de los grupos y la energía del bajista alemán que no duda en ponerse a tocar con ellos a la mínima oportunidad. A través de los grupos vemos su manera de vivir y su relación con el entorno: encontramos desde grupos de rock hasta cánticos tradiconales kurdos y, hay que rendirse a la evidencia, el hip-hop del chico que aparece recitando, a parte de sonar de miedo (estoy tentado a decir que en turco lo hace mejor que en inglés), en nada tiene que envidiar en letras, voz y ritmo a los Public Enemy, por ejemplo. En definitiva, un documental que demuestra que se puede vivir perfectamente sin el mainstream. Si alguien quiere regalarme la banda sonora...

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Y bien amigos, con esto damos por concluida la “Semana del documental”. ¿Apasionante, verdad? Confieso que he estado tentado de dedicarle el mes entero, pero las reglas nos mandan comentar sólo filmes vistos recientemente, y como no tengo mucho tiempo de tirar de DVD (deuvedé para los académicos) se tendrán que conformar con éstos. ¿Les gustó? ¿Alguna sugerencia? ¿Disfrutaron? Seguro que sí.

Leo Z.

08 febrero 2007

Viendo Grizzly Man (2005) de Werner Herzog

Muy interesante la propuesta del aleman: el documental nos narra la vida de un extraño tipo que un día decide pasar la mitad del año conviviendo en Alaska con los osos erigiéndose en su mayor defensor, hasta que, al cabo de unos años, acaba devorado por ellos. Herzog construye el documental a través de las imágenes que el propio protagonista fue grabando a lo largo de sus estancias con los animales, a la vez que, gracias a las grabaciones y a los testimonios de quienes lo conocieron, vemos que su personalidad estaba más próxima a la de un desequilibrado que no a la de alguien en su sano juicio.

Bien, ésta es la síntesis del documental, ahora bien, tras verlo, se acentuó en mí la sospecha que ya tenía por lo poco que, voluntariamente, había decidido saber de él, y es que, creo, vaya estoy casi seguro, que es un falso documental. Algo que en ningún momento se dice. Cierto es que la realidad supera a la ficción, pero en este caso parece que todo esté grabado para montarse tal cual, no parece que ningún plano sea un descarte (incluso cuando nos dicen que así es), siempre está bien encuadrado, se le oye bien, e incluso su aspecto apenas varía, si tenemos en cuenta que pasó diez años conviviendo con ellos y apenas hay referencias a su día a día en la tienda de campaña y a las terribles condiciones climáticas que debió soportar.

En fin, creo que es un ardid magnificamente tramado por Herzog, lo cual, para mí, no desmerece en nada al filme, que es espléndido y que propicia en el espectador una nueva reflexión a la hora de enfrentarnos a las imágenes. Tampoco es nuevo lo de los falsos documentales, género muy en boga ultimamente y que proviene, sobre todo, de F for Fake del gran Orson Welles.

Para los curiosos, como mi querida Mofletes, diré que hice mis investigaciones por Internet y pese a que nadie se pronuncia definitivamente, sí que hay una corriente de opinión que lo califica de falso documental (luego hay inmensidad de páginas de cine, artículos y tal, que no la han visto y reproducen notas de prensa o se copian unos a otros, etc., la información hecha con el culo amigos). En fin, no se lo pierdan y opinen.

05 febrero 2007

Viendo Cravan vs Cravan (2002) y La leyenda del tiempo (2006) de Isaki Lacuesta

Isaki Lacuesta es un joven director surgido de esa interesante cantera que es el Máster de Documentales de la Pompeu Fabra, del cual, probablemente, es su mejor exponente. Cravan vs Cravan fue su ópera prima y La memoria del tiempo su segundo documental.

Cravan vs Cravan: Es el rastreo de la biografía de un personaje fascinante: Arthur Cravan; sobrino de Oscar Wilde, boxeador, poeta surrealista y agitador cultural en el París de los años veinte. Se enfrentó en los treinta en Barcelona al campeón del mundo de los pesos pesados, el cual lo noqueó en el acto (el documental reconstruye y recoge el testimonio de un testigo de la pelea), para acabar desapareciendo, poco después, en el golfo de Mexico sin dejar rastro. Aquí sí, un personaje que tiene un documental interesante, no como en el ejemplo del último día.

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La leyenda del tiempo: Titulado como el mítico álbum y canción de Camarón que revolucionó el mundo del flamenco a finales de los setenta (y que los iniciados como yo, jeje, saben que proviene de unos versos de Así que pasen cinco años de Lorca), narra dos historias paralelas: la de un niño de San Fernando (Cádiz) que deja de cantar tras la muerte de su padre y la de una japonesa que viaja ahí (que es el pueblo natal de Camarón) para cantar como él.

El trabajo de casting previo es acertadísimo y seguimos la vida de estos personajes, todos ellos reales, con ferviente interés. La película sólo padece cuando se nota en exceso que hay alguna escena dramatizada, pero cuando los personajes son totalmente libres, como el hermano del niño protagonista, o la escena del hermano de Camarón enseñándole a cantar a la japo “La tarara”, resultan memorables.

02 febrero 2007

Viendo Un instante en la vida ajena (2003) de José Luis López Linares + El día de la marmota

Bien amigos, dado el alto número de documentales que he visto ultimamente, es justo que los agrupemos todos, así que ésta y las dos actualizaciones siguientes versarán sobre el tema en cuestión en lo que ya se conoce como: "La semana del documental". ¿Apasionante, verdad?

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Un instante en la vida ajena. López Linares, que ha dirigido interesantes documentales como Asaltar los cielos, hace aquí un ejercicio de montaje. Recupera los rollos que durante cincuenta años fue filmando un personaje singular, Madronita Andreu: hija de la alta sociedad catalana que dedicó su vida a viajar y al dolce far niente. Desgraciadamente, más allá de lo anecdótico de la protagonista, las cintas carecen de interés, son grabaciones caseras que no trascienden ese documento y que acaban volviéndose soporíferas.

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Noticia de última hora: Acabo de darme cuenta que hoy es el "Día de la marmota", dado que compromisos anteriores me impiden acercarme a la bella localidad de Punxsutawney (Pennsylvania) para vivir in situ el despertar del bello roedor y ver si contempla su sombra o no, ruego encarecidamente a aquellos que estén pendiente de este evento de alcance mundial que den cumplida información sobre lo que allí acontece, aun a riesgo de permanecer el resto de sus días al lado de Andie MacDowell (dulce tortura).

30 enero 2007

Leyendo Las tribulaciones del estudiante Törless de Robert Musil y Una novelita lumpen de Roberto Bolaño

Esperando que llegue el día en que decida acometer la lectura de El hombre sin atributos (al que el protagonista de Bartleby y compañía calificaba, más o menos, de libro definitivo) entretuve mis días leyendo su más accesible (creo que hay gente que la lee en secundaria) Las tribulaciones del estudiante Torless.

Es una novela cruda, en la que es imposible empatizar con ninguno de los personajes; narra un mundo y una casta en descomposición (los jovenes cadetes austríacos antes de la primera guerra mundial). Cuesta entrar en el libro y en su lenguaje abrupto y seco, pero la calidad literaria de Musil se va abriendo paso con su descarnada objetividad, que acaba revolviéndote con escenas de gran dramatismo y de enorme expresividad (como la humillación final al pobre Basini). Una gran obra.

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Una novelita lumpen es una obra menor en Bolaño. Fue fruto de un encargo que Mondadori hizo a diversos escritores hispanoamericanos para ambientar sus novelas en distintas ciudades y Bolaño escogió Roma. Fue su última novela publicada en vida, y es muy posible, por tanto, que alternara su escritura con la monumental 2666.

A pesar de que no tiene la grandeza de otros de sus libros, si hay motivos y personajes del peculiar territorio Bolaño, como el trasunto ciego del Maciste de los peplums, o la propia protagonista y sus enigmáticos compañeros de piso. En una novelita divertida, pero cuyo título ya hace referencia a las intenciones de Bolaño con respecto a ella dentro de su propia bibliografía (un mero trabajo alimenticio, como cuando, en sus inicios, se presentaba a los concursos literarios provinciales para poder llegar a fin de mes). Recomendable para iniciados en Bolaño, sino disfruten antes de alguna de sus obras mayores.

26 enero 2007

Representado El malo de la película de Albert Pla (a l'Auditori tu!)

Como fieles seguidores que somos, acudimos al nuevo espectáculo de Albert Pla. Éste, a diferencia del excelente Cançons d’amor i de droga (ya citado en estos lares), contiene canciones y textos propios (creo) y abandona, por el momento, la recuperación de autores marginales como Pepe Sales y Fonollosa.

Pla vuelve a contar con su partenaire del espectáculo anterior (esta vez vestida) y se transforma en el abogado de un promotor inmobiliario (los nuevos anticristos) al que acompañamos en un viaje surrealista de camino a cerrar un trato. Los canciones, a veces ininteligibles, se alternan con los pensamientos del abogado y una pantalla que no para de escupir imágenes de todo tipo (impagable Pla con media en la cabeza, camiseta del Barça y reivindicando un atentado). A destacar, por encima del resto, la canción de la colilla que quema todo Estados Unidos. En suma, un espectáculo menor que el Cançons d’amor, pero que termina haciendose corto mientras deseas que no concluya este enloquecido y surrealista viaje.

24 enero 2007

La parte contratante de la primera parte...

Recojo gustoso el guante lanzado por mi estimado Mario, cuyas reglas copio a continuación:

1. Coja el libro que tenga más cerquita.
2. Vaya a la página 123.
3. Váyase ahora a la quinta oración.
4. Copie las siguientes tres oraciones.
5. Publíquelas en su blog junto con el nombre del libro y el autor.
6. Ponga la cadena de tarea a otros tres cristianos.

En mi caso, mi lectura actual remite al germen de los beat: Los subterráneos de Jack Kerouac (libro prestado gustosamente por mi también estimado Mark Cohen). Como todavía no he llegado a la página en cuestión, intentaré no retener demasiado lo que en ella se dice:

"viejo desgraciado, y tienes suerte de haber dado con esa florecilla tan joven (aunque al mismo tiempo cavilando como había estado haciendo ya durante las últimas tres semanas, acerca del modo de deshacerme de Mardou, sin"

Bien, como dispongo de pocos bloggers habituales, creo que es de justicia, don Mario, que aquellos tres reservas de su lista: Beto, Issa y Tessitore (los cuales no tengo el gusto de conocer, todavía) pasen aquí a titulares, vaya para ellos el encargo.

Aún así, como no conozco regla que no merezca ser rota, invito a todos mis fieles lectores a que hagan lo propio, si así lo desean, en los comentarios a este post. Felices lecturas.

22 enero 2007

Viendo El perfume (2006) de Tom Tykwer y Time (2006) de Kim Ki-duk

Leí El perfume en mi tierna adolescencia y sí recuerdo que me encantó, ahora bien, no sé si resistiría una lectura madura, tal vez, simplemente sea eso, una novela para adolescentes. En cualquier caso, tenía interés por ver la adaptación cinematográfica (que lamentablemente no la hizo Kubrick, como siempre deseo Süskind, aunque Tykwer tampoco es mal director).

El filme es entretenido, sin muchas pretensiones, el arranque es excelente, no se hace excesivamente pesada y los actores están correctos, aunque brilla por encima de todos, Dustin Hoffmann, y eso que desde que hizo Rain Man siempre lo veo con la misma cara de bobo (eso mismo me pasa con Charlie Sheen, que haga lo que haga siempre lo veo haciendo el personaje Hot Shots). Lo peor, con diferencia, la orgía final, a pesar de que estaba coregrafiada por La fura dels baus (que dicho sea de paso, de un tiempo a esta parte también han perdido toda la frescura de antaño) y, sobre todo, los ridículos diálogos (ej. “es un ángel”), de auténtica vergüenza ajena, poco importa que en el libro sean así (que no lo recuerdo), puesto que en pantalla no funcionan y el resultado final es patético.

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Excelente, como todos, el último filme de Kim Ki-duk, no es una obra maestra como Hierro 3 o La isla, pero no está nada mal. Aquí abandona un poco su filosofía zen y cobran mayor fuerza los diálogos (probablemente hablan más que en el resto de su filmografía junta).

Aunque al principio puede resultar el filme algo anodino y reiterativo (la isla con las esculturas), la parte final, con las crisis identitarias de los personajes, es esplendida y sobrecogedora, y sólo por eso merece verla.

15 enero 2007

Apunte del día: Los detectives salvajes

Leo con retraso en la revista Quimera del mes de diciembre (que a pesar del cambio del consejo de redacción de hace unos meses sigue a un nivel alto) fragmentos de respuestas dadas por Bolaño en diversas entrevistas; dice lo siguiente:

"Yo tengo un tipo de sangre que sólo tienen los que han escrito Los detectives salvajes"

Yo, aunque inferior en rango, tengo otra, no por ello menos importante, la de los que lo hemos leído y nada volvió a ser como antes.

11 enero 2007

Spanish Bombs 3: De los hijos de Don Quijote a los Hermanos Marx

Repasando la actualidad y recuperando algunas noticias que bien podrían estar en nuestra añorada “Galería del esperpento”:

Francia reconoce el derecho a la vivienda. Mientras aquí nuestro gobierno “progresista” es el mayor garante de la especulación y la propiedad privada (véase Barcelona y sus desalojos express) en el país vecino siguen sabiendo hacer las cosas. Es una cuestión histórica y de actitud, allí las calles son del pueblo y ¡ay! del gobierno o monarquía que no lo escuche (ahí está el cadaver de nuestra querida Maria-Antoniette), aquí si no se nos muere Franco en la cama todavía gobierna. Mon dieu! Y luegon me llaman afrancesado...

Un software decide que libros quitar de las bibliotecas de Estados Unidos. Se trata, basicamente, de convertirlas en vertederos culturales y dejar sólo las novedades: danbrownes, zafones, cesarvidales... Es lo que tiene dejar a criterio de las máquinas lo que son incapaces de hacer los humanos; la culpa, dicen, la tiene el alto número de novedades que colapsa los fondos, a pesar, de que medio dedo de frente bastaría para hacer una criba lo suficientemente importante para que no hubiera problemas de espacio.

Yo para agilizar fondos soy partidario de las bibliotecas especializadas, sobre todo en Estados Unidos, ya que puedes pedir cualquier libro a cualquier biblioteca del país y tenerlo al día siguiente en tus manos. En España, obviously it’s imposible, dado que el día que llega, si es que llega, ya se haya convertido en un incunable.

Zeppo Marx inventó las argollas que sujetaron la bomba que cayó en Hiroshima. Preside mi comedor desde hace un tiempo una foto de los Hermanos Marx en Sopa de Ganso (Zeppo incluido, ésta fue su última película. Hubo incluso un quinto Marx, Gummo, pero cree que este nunca llegó a hacer cine, se quedó en los cabarets que hacían en los años veinte). Estupefacto me quedo al saber que en sus ratos libres se dedicaba a estas cosas.
Por cierto, siguen siendo los más grandes, sólo los Monty Phyton se acercaron a ellos.

07 enero 2007

Viendo Borat (2006) de Larry Charles y Casino Royale (2006) de Martin Campbell

Dos estrenitos:

Borat: Tiene su gracia, no es la obra maestra de la sátira como le he leído a alguno, pero tampoco la bazofia que dicen otros. Es un filme divertido con un componente satírico muy importante. El filme no deja títere con cabeza y dispara contra todo y contra todos: judios, homosexuales, feministas y, sobre todo, contra esa parte de Estados Unidos conservadora y retrógrada; es especialmente sintomático de esto la escena en que canta el himno americano en medio del rodeo.

¡Ah! contiene la escena más desagradable y escatológica desde los tiempos de Pink Flamingos, ahí es nada.

Nota para curiosos: hace años compartí piso, entre otra gente, con un kazajo, era un tio agradable, algo reservado (hasta donde yo sé no se duchaba con orina ni cosas por el estilo, jeje), eso sí era la persona que dedicaba más tiempo a plancharse una camisa. Recuerdo el día que batió su récord (una hora de reloj), finalmente salimos de marcha, cogimos el metro y a las tres paradas, sin motivo aparente, se dio la vuelta y volvió al piso. Gente extraña.

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Casino Royale: No me desagrada como hace Daniel Craig de Bond, pero no es mi Bond. Craig es tan impasible interpretando como Roger Moore, pero sin su componente de humor y socarronería. El James Bond que yo prefiero es aquél que desdramatiza su personaje y que no es un superhéroe (basta con ver la escena de inicio de este filme, sí como cine de acción es espectacular, pero fría como un témpano).

Es obvio, pues, que pese a que es un filme de acción correcto, siga prefiriendo la desdramatización y la humanidad del personaje de Connery. A mi juicio no es que no haya actores que no puedan interpretar como el escocés, sino que hay directores y, sobre todo productores, que no les interesa lo más mínimo el personaje sino el mayor número de efectos especiales por fotograma; lastima que el cine sea otra cosa.

04 enero 2007

Representando Automàtics de Javier Dualte (Teatre Muntaner) and a Happy New Year!

Al fin queridos lectores (espero que todavía quede alguno), después de un agitado mes de diciembre y un fin de año loco, vuelve con todos ustedes vuestro amado doctor Zelig, que espera recuperar su periocidad habitual (3 post a la semana no estaría mal, ¿no?), para seguir martilleando infieles.

Hoy hablaremos de una de esas obras de teatro que casi nadie ve y que además de poco servirá esta recomendación puesto que ya no está en cartel (fidelizando lectores, lo sé).

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Aunque no había visto nada de él todavía, me habían hablado muy bien de Javier Dualte, escenógrafo argentino bastante de moda en estos lares, y he de decir que esta primera incursión en su mundo me encantó.

Automàtics era en origen un taller de los alumnos del Institut del Teatre, y a juzgar por la edad de los actores deben de estar todavía en él. Aunque llevaba la idea preconcebida de que sería un texto casi silencioso volcado en la danza y el surrealismo, nada de eso, era teatro de texto puro y duro con una excelente puesta en escena y defendido estupendamente por los jóvenes actores, demostrando que hay futuro más allá de nuestro abigarrado star system català; ojalá lleguen.