31 agosto 2006

Todo lo que usted siempre quiso saber sobre Italia y nunca se atrevió a preguntar

Sí amigos, por fin sucedió, puntual como un reloj de imitación, vuestro añorado Lionel Zelig ha vuelto (como un calcetín cualquiera) de sus inolvidables vacaciones por tierras transalpinas.

¿Qué decir que ustedes no sepan de la bella Venecia, la inmortal Florencia, la decrépita Roma y la sobrevalorada Pisa? Pues casi nada, constatar que más allá de la Toscana uno entra en la Edad Media, que los canales no huelen (o no huelen mucho), que en Pisa sólo hay una torre (cercada, supongo para que no la roben) y que en Roma no han vuelto a asfaltar las calles desde que César entró triunfante tras detorrar a los galos (no quiero ni pensar como le quedaron los mismísimos a don Nanni Moretti en su interminable paseo en vespa de Caro Diario).

¡Ah!, como diría el Cid: "Qué gran país si no oviesse italianos". Recuerdo emocionado como sentado junto al subcomandante Mofletes en una columna -que andaba tirada por el Palatino- unos niños se divertían trasladando unas piedras de un sitio a otro, de lo que muy bien pudieran ser los últimos restos de la casa de Augusto, dando de paso una patada a todos los libros de Historia, ante la pasividad de nativos, catalanes y japoneses (únicos grupos turistas en circulación).

Bien amigos, espero sus comentarios vacacioniles y para los que deseen grandes novedades en la web, confirmarles que no, que no habrá ninguno por el momento, que eso lleva mucho trabajo.

Saludos cordiales.

Z

01 agosto 2006

Cerrado por Vacaciones

Camaradas,

Siguiendo su tradición habitual, nuestro entrañable amigo, el doctor Zelig, se dispone a tomar sus merecidas vacaciones estivales. Por este motivo, la güeb que ustedes visitan, santo y seña de tantas otras que vinieron después e incluso de otras que lo hicieron antes, no volverá a actualizar hasta el próximo (y ya esperado por mucho de ustedes) 1 de septiembre.

Para que no se aburran pueden aprovechar estos días bien para leer post anteriores, bien para comentar alguno de estos, crear nuevos, establecer diálogos entre ustedes mismos, etc., e incluso optar (la opción mayoritaria) por no hacer ninguna de estas cosas. Yo prometo leerles desde la distancia e incluso contestarles si la ciencia llega a lugares tan recónditos e inhóspitos como pienso visitar.

Para finalizar les anoto tres cosas que a buen seguro no podré hacer durante estas vacaciones (si lo desean pueden ustedes hacer lo propio):

1. Hacer prácticas de vuelo y aterrizaje en la Plaza Roja de Moscú junto a Mathias Rust.
2. Comentar con Kim Jong II la cartelera de otoño del Liceo y estudiar la viabilidad de montar alguna de sus obras.
3. Calafatear con Juanca el Bribón mientras nos echamos unas risas.

See you soon,

Z.