30 agosto 2009

Cosas que escuchar un domingo cuando no estás muerto, como un pequeño Rock & Roll

Pues eso, como alguno sugirío que quizá lo estaba, vuelvo a hacerme corpóreo.

A Quique González lo conocí hace ya tiempo a través de la Subcomandante y a pesar que al principio fui reticente, hoy ya pertenezco a sus cada vez más numerosos fans; es verdad, que tiene altibajos en su carrera, como todos, pero tiene el mérito, y no es poco, de tener ya un puñado de canciones memorables, y lo que le queda.

De Bunbury, qué decir, que tiene matices e imposta la voz como nadie y que, pese a quien le pese y con sus contradicciones, sigue siendo la gran estrella del rock de este país:



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Edito: Al amigo Lev, no le acaba de convencer que mi retorno sea con el señor Bunbury. Para añadir más leña al fuego, le dejo una colaboración del susodicho con Pereza (grupo que no me gusta especialmente, aunque hay alguna canción que sí). Es evidente que una vez más don Enrique lleva la canción mucho más allá (véase el inicio del tema y compárese a posteriori con el original):

25 abril 2009

Sant Jordi 2009

Queridos mortales, un año más (véanse los capítulos anteriores: 2008, 2007, 2006) nos hemos unido a la fiesta y al gasto desenfrenado en libros y rosas del día de Sant Jordi. Aunque según los libreros y editores las ventas fueron muy buenas a mí me dio la impresión que sí había mucha gente paseando pero, comparando con otros años, eran menos los que compraban o buscaban una firma. Anyway, hay que mantener la moral alta, así que no seré yo quien diga lo contrario.

La Subcomandante apostando sobre seguro tuvo a bien obsequiarme con La universidad desconocida de Roberto Bolaño, un voluminoso libro de los dos inéditos que aparecieron tras la muerte del escritor chileno (el otro era El secreto del mal, que ya poseo), que recoge pequeños prosas y poemas, algunos publicados en vida otros inéditos, y que devoraré con fruición saltando de una página a otra.
El otro libro es El barco de la muerte de B. Traven, un enigmático autor alemán de entreguerras, homenajeado en el personaje de Archimboldi de 2666 de Roberto Bolaño, y que ha sido todo un descubrimiento. El texto introductorio es de Javier Marías, todo un aval.

Yo, por mi parte, apostando también sobre seguro, he tenido el gusto de regalar la última novela publicada en España de la futura premio Nóbel, Joyce Carol Oates, Mamá y la nueva edicion en gran formato de Princesas olvidadas o desconocidas de la estupenda ilustradora Rebecca Dautremer.

¿Y a ustedes? Ansioso estoy por conocer sus tesoros de este año.

13 abril 2009

Cosas que escuchar un lunes de Pascua cuando no estás muerto, como Kurt.

Se ha ¿celebrado? ¿conmemorado, tal vez? esta semana el decimoquinto aniversario de la muerte de Kurt Cobain, ¡cómo pasa el tiempo! Yo recuerdo haberme enterado leyendo las noticias en el teletexto de TV3 (en aquella época -cuesta imaginarlo- no había Internet; suena hasta demencial pensar que Cobain murió seguramente sin haber navegado nunca por la Red). Anyway, para los que allí estábamos fue un auténtico shock, el canto del cisne del rock -del cual no se ha recuperado desde entonces-: Hoy son otros los géneros los que mandan. Recuerdo que cuando hicieron el Unplugged hubo muchos fans que les criticaron por haberse vendido (a mí me pareció y me sigue pareciendo magistral). No hace mucho algunos nos estremecíamos escuchando "Where Did You Sleep Last Night", probablemente, su testamento musical.

Uno de los muchos lugares comunes que he leído estos días era que el Nevermind y, sobre todo, el bombazo del "Smell Teen Like Spirits", desbancó el Black or White de Michael Jackson. Al final, el tiempo pone las cosas en su lugar, hoy Nevermind sigue sonando actual, parece que haya sido grabado ayer mismo, es ya un clásico; sin embargo, el disco de Jacko ha quedado totalmente desfasado (en su descargo diré que el Jacko de los ochenta: "Billy Jean", etc., sigue ahí).

Parece que en Aberdeen (ciudad natal de Kurt) aún hoy es un personaje incómodo, pocas cosas le recuerdan de forma "oficial", probablemente la más significativa es un cartel que hay a la entrada de la ciudad con el título de una de sus mejores canciones: "Come As You Are".

09 marzo 2009

Cosas que ver un domingo cuando no estás muerto; entre ellas, al mejor actor galaico-catalán y de parte del extranjero

Siendo hoy martes, esta sección tiene más lógica que nunca.

Gracias al señor Cohen he descubierto esta pequeña joya; es curioso hace un tiempo yo estaría al día de frikadas como ésta, debe ser que me estoy haciendo mayor y hay que dejar paso a las nuevas generaciones. Señores les dejo con lo que ustedes siempre sospecharon, la presencia de los dinosaurios en el cine de Carlos Saura:



Inenarrable, el tiranosaurios persiguiendo a López Vazquez o la espada láser del miliciano de ¡Ay, Carmela!, bueno, bueno, bueno, y la complicidad de Saura y ¿del resto? Uno no sabe qué son entrevistas de archivo y qué no. Como dice el productor Antonio Saura (hijo de Carlos), el cine español ha perdido una oportunidad histórica.

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En fin, no iba a ser yo menos en sumarme a los múltiples homenajes que se le están rindiendo al mejor actor galaico-catalán y de parte del extranjero. Creo que fueron tres las veces que vi en directo Rubianes solamente. De las tres guardo gratos recuerdos y las tres fueron desternillantes. Quedan muy pocos provocadores como él... Una lástima.



Edito 10/03/09: No hay duda de que me hago mayor, la señorita Bronski me recuerda el espectáculo Lorca eran todos al que tuve la fortuna de asistir y comentar en su momento.

Y no sólo eso si no que también me hice eco de las famosas declaraciones de Rubianes que tanta polémica generaron. Obviamente yo estaba del lado de los buenos.

Rest in peace!

11 febrero 2009

La porra de los Oscar 2009

Bien amigos, aquí está la tan esperada porra de los Oscar, que como todos ustedes saben deparará al ganador un suculento premio, cuyo valor es difícil calibrar en euros y que, como ya les anuncié, será entregado en nuestra futura quedada. A día de hoy, como prueba de mi buen criterio cinematográfico, puedo decirles sin sonrojarme que no he visto ninguna de las candidatas a Mejor Película.

El mecanismo es más sencillo que una escoba. Se votan todas las categorías, no se pueden repetir resultados, el primero que llegue tendrá más donde elegir y el día 22 sabremos a quién hemos de colmar de laureles. En caso de empate, el que firma, establecerá un criterio totalmente subjetivo para dirimir al ganador. Así que, sin más dilación, les dejo con los nominados:

Mejor Película
. El curioso caso de Benjamin Button
. El lector
. Slumdog Millonaire
. Mi nombre es Harvey Milk
. El desafío: Frost contra Nixon

Mejor Director
. David FIncher, por El curioso caso de Benjamin Button
. Stephen Daldry, por El lector
. Danny Boyle, por Slumdog Millionaire
. Gus Van Sant, por Mi nombre es Harvey Milk
. Ron Howard, por El desafío: Frost contra Nixon

Mejor Actor
. Brad Pitt, por El curioso caso de Benjamin Button
. Mickey Rourke, por The Wrestler
. Richard Jenkins, por The Visitor
. Sean Penn, por Mi nombre es Harvey Milk
. Frank Langella, por El desafío: Frost contra Nixon

Mejor Actriz
. Meryl Streep, por La duda
. Kate Winslet, por El lector
. Anne Hathaway, por La boda de Rachel
. Angelina Jolie, por El intercambio
. Melissa Leo, por Frozen River

Mejor Actor Secundario
. Heath Ledger, por El caballero oscuro
. Philip Seymour Hoffman, por La duda
. Robert Downey Jr, por Tropic Thunder
. Josh Brolin, por Mi nombre es Harvey Milk
. Michael Shannon, por Vía revolucionaria

Mejor Actriz Secundaria
. Penélope Cruz, por Vicky Cristina Barcelona
. Viola Davis, por La duda
. Taraji P. Henson, por El curioso caso de Benjamin Button
. Amy Adams, por La duda
. Marisa Tomei, por The Wrestler

Mejor Película Extranjera
. The Baader Meinhof Complex (Alemania)
. La clase (Francia)
. Departures (Japón)
. Revanche (Austria)
. Waitz with Bashir (Israel)

Mejor Guión Original
. Courtney Hunt, por Frozen River
. Mike Leigh, por Happy. Un cuento sobre la felicidad
. Martin McDonagh, por Escondidos en Brujas
. Dustin Lance Black, por Mi nombre es Harvey Milk
. Andrew Stanton y Jim Reardon, por WALL-E

Mejor Banda Sonora
. Alexandre Desplat, por El curioso caso de Benjamin Button
. James Newton Howard, por Resistencia
. Danny Elfman, por Mi nombre es Harvey Milk
. A. R. Rahman, por Slumdog Millionaire
. Thomas Newman, por WALL-E

Alea jacta est!

08 febrero 2009

Estamos de aniversario. El anhelado post 201

Queridos amigos,

Tempus fugit! Casi sin darme cuenta hemos llegado al post número 200 (de hecho, este es el 201) de una andadura que comenzamos allá por el lejano 2005. Prometo, si el tiempo lo permite, hacerles a los amantes de las estadísticas, que como las meigas haberlos haylos, unos suculentos guarismos, igual que hice para el post número 100.

Si bien para al primer centenario tardé un año en llegar, para el segundo he necesitado más de dos. Las actualizaciones cada vez se ralentizan más y quizá ha llegado el momento de bajar la persiana y dejar paso a las nuevas generaciones.

En cualquier caso, hasta que ese día llegue y para conmemorar tan señalada fecha y honrar al futuro ganador de la porra de los Oscar 2009, que les subiré en los próximos días (vean los capítulos anteriores: 2007, 2006), les invito a celebrar una nueva quedada el sábado 28 de febrero a las 21.30 en el habitual Tramontana, donde con un planxat en las manos y unas bravas entre los dientes, será el momento de dilucidar todo lo anterior.

Les quiere su humilde servidor,

Leonard Z.

20 enero 2009

Decálogo del buen turista. De cómo conquisté Nueva York en diez movimientos (2 de 2)

Bueno señores/as, aquí tienen la prometida segunda parte de este apasionante relato:

6. Vámonos de tiendas. Todo está baratísimo. Acostumbrado a vivir en el país de Ali Babá y los cuarenta ladrones, todo nos parecía regalado. A la crisis del consumo y la devaluación del dolar se unío el período de rebajas que hizo que éstas (desengáñense nada que ver con las de aquí) fueran un escándalo. Todo, y cuando digo todo es todo, está perfectamente calculado y diseñado para dejarse llevar por la fiebre consumista. No citaré a nadie (trío lalala), pero hay quién se vino con más de cinco o seis pares de zapatos, quién tuvo que comprar una maleta nueva y quién abandonó la mitad de la ropa con la que inició el viaje, pues era tal la cantidad que había comprado que la antigua no pensaba ponérsela nunca más.

7. Bajando por el Dowtown llegamos al World Trade Center, pero ¡oh, sorpresa! las Torres Gemelas ya no estaban, no sé qué de un atentado. Anyway, allí hay ahora un solar con movimientos de tierras, pero en el que, dada la actual crisis económica, dificilmente levantarán nada (dicho por los nativos). En cualquier caso, si hoy es famosa aquella zona es por albergar los grandes almacenes Century 21, auténtico maná para la gente del punto anterior, que dejan las rebajas del Macy's en anécdota. No olviden tampoco pasear por la 5ª Avenida para chafardear, allí pese a las rebajas todo sigue estando caro.

8. Como no, nos acercamos también a Broadway para degustar Chicago (espectacular el trabajo de los actores) y al Radio City Music Hall para ver su famoso espectáculo navideño, una auténtica americanada, en el mejor sentido de la palabra, con incontables bailarinas de largas piernas bailando claqué, Santa Claus voladores, proyecciones en 3D, canciones, etc. Por cierto, mientras hacíamos cola para comprar entradas nos cruzamos con Batman (literal) que estaba dirigiendo el tráfico. Otra fauna curiosa con la que nos tropezamos fue con el famoso cantante country en gayumbos de Times Square y con un señor que paseaba su gato en la cabeza.

9. Frío mucho frío. Contemplar Central Park nevado es toda una delicia (por cierto, los patos seguían estando ahí, así que o bien El guardían en el centeno estaba equivocado y no van a ningún sitio en invierno o el cambio climático ya lo tenemos aquí), pero el frío es a veces insoportable. Recomendable el doble o triple calcetín, plumón, bufanda y gorro con orejeras. La noche más fría, sin duda, fue la de fin de año donde contemplamos la famosa cuenta atrás desde una cierta distancia. Comentario aparte es el estado de sitio que vivía la ciudad de Manhattan esa noche (arribar al apartamento del trío lalala fue todo un suplicio).

10. Y para finalizar, les enumero algunos imprescindibles a los que les pusimos una muesca en nuestro viaje y que son de obligado cumplimiento para todo aquel que aterrice en la Gran Manzana: cruzar el puente de Brooklyn, subir al Empire State de noche, cegarse con las luces de Times Square, pasear por Central Park, contemplar la belleza del edificio Chrysler y del Radio City Music Hall, ir de tiendas por el Soho, pasear por Greenwich Village...

Eso es todo amigos, esperando poder contarles en el futuro una nueva venida a la ciudad de los rascacielos se despide servidor de ustedes, maese Zelig.

15 enero 2009

Decálogo del buen turista. De cómo conquisté Nueva York en diez movimientos (1 de 2)

Bueno queridos mortales, por fin puedo hacerles un pequeño report de mis andanzas navideñas, parafraseando a Vila-Matas que parafraseaba a Hemingway, puedo decir que "Nueva York no se acaba nunca". Y es que, como muchos de ustedes ya saben, dediqué las apasionantes fiestas invernales a dejarme ver por Manhattan. Vaya pues este pequeño decálogo de reflexiones en su recuerdo:

1. New York es Manhattan, no se engañen la isla tiene encantos suficientes para no salir de allí, visitamos en menor medida Harlem (donde asistimos a una misa y media de gospel) y Brooklyn: el primero más colorido, el segundo más gris, si bien en el segundo uno puede buscar la mística de tantas películas, hoy en día es casi un barrio residencial. La decadencia de Conney Island o Queens quedan para futuros viajes.
De los nativos decir que son simpáticos, que los policias te contestan y te miran a la cara cuando les preguntas algo, conscientes de su trabajo como servicio público (a diferencia de un sitio que yo me sé), el metro funciona razonablemente bien y los taxis tienen unas tarifas asequibles y claras (a diferencia también de los asaltadores de carreteras de aquí).

2. En New York todo es grande, uno puede pasar cuatro o cinco veces por la misma calle y descubrir tiendas y edificios que juraría que no estaban ahí la última vez que pasó. Es imposible verlo todo en tan poco tiempo (diez días para ser exactos) y el primero de ellos uno ya es consciente que ha de hacer un donoso escrutinio y dejar cosas para futuros viajes a la ciudad. ¿Idiomas? No pierdan el tiempo, olvídense del inglés, es una lengua muerta, allí todo el mundo habla español.

3. Hablemos de museos, teniendo en cuenta el punto anterior, sacrificamos el Metropolitan (al que hay que dedicarle más de un día y queda como aliciente de futuros viajes) y nos concentramos en el MOMA y el Museo de Historia Natural. La verdad es que el primero me decepcionó, esperaba más de él, no es un museo vanguardista, sino que es tan moderno como pueda serlo el Reina Sofía (y en este caso es mucho mejor el Reina Sofía). El de Historia Natural sí es impresionante, tampoco puede verse en un día: la famosa sala de los dinosaurios, los meteoritos, animales de toda índole y un espectacular planetario son alicientes más que suficientes para perder toda una tarde.

4. Siguiendo con el arte, nos acercamos al barrio de Chelsea, donde aparte de hacer una parada obligatoria en el Chelsea Hotel, del que no se puede pasar de su minúsculo lobby (canción de Leonard Cohen, asesinato de Nancy, Syd Vicious... y una próximo documental de Abel Ferrara que promete), visitamos todas las galerías que encontramos (habían bastantes cerradas por vacaciones) y confirmamos que el hiperrealismo de gran formato y casi fotográfico es lo más in del momento.

5. Comer en New York es relativamente barato, incluso en restaurantes con un cierto encanto (no hablo de los de lujo a los que, obviamente, no quise entrar por no llevar traje de etiqueta en la maleta); el vino, en cambio, es prohibitivo; el agua con cubitos buena y gratuita (como decía el amigo Valdi) y las cantidades de los platos estratosféricas.
Una buena recomendación es ir al mercado de Chelsea y, tal como hizo la señorita Mofletes, elegir los ingredientes y que te enrollen el shushi in situ. A parte de eso, a New York tampoco se va a comer, así que restaurantes baratos (más bien de rancho) para turistas hay a montones, como los típicos carritos de frankfurt (buenos, pero mejores los del Ikea), MdDonalds y, sobre todo, un Starbucks en cada esquina. Lo del Starbucks es una delicia porque te permite degustar buen café a cualquier hora del día. Si alguien le encuentra romanticismo al café diarreico americano (que no es mi caso) también lo pasará en grande, pero como ya he dicho muchas veces, más allá del Ebro y de los Pirineos es muy difícil tomar un buen café.

Y de momento eso es todo amigos, no se pierdan nuestra próxima entrega donde les hablaremos del clima, las compras, las rebajas, Broadway y de los imprescindibles para el buen viajero