11 enero 2007

Spanish Bombs 3: De los hijos de Don Quijote a los Hermanos Marx

Repasando la actualidad y recuperando algunas noticias que bien podrían estar en nuestra añorada “Galería del esperpento”:

Francia reconoce el derecho a la vivienda. Mientras aquí nuestro gobierno “progresista” es el mayor garante de la especulación y la propiedad privada (véase Barcelona y sus desalojos express) en el país vecino siguen sabiendo hacer las cosas. Es una cuestión histórica y de actitud, allí las calles son del pueblo y ¡ay! del gobierno o monarquía que no lo escuche (ahí está el cadaver de nuestra querida Maria-Antoniette), aquí si no se nos muere Franco en la cama todavía gobierna. Mon dieu! Y luegon me llaman afrancesado...

Un software decide que libros quitar de las bibliotecas de Estados Unidos. Se trata, basicamente, de convertirlas en vertederos culturales y dejar sólo las novedades: danbrownes, zafones, cesarvidales... Es lo que tiene dejar a criterio de las máquinas lo que son incapaces de hacer los humanos; la culpa, dicen, la tiene el alto número de novedades que colapsa los fondos, a pesar, de que medio dedo de frente bastaría para hacer una criba lo suficientemente importante para que no hubiera problemas de espacio.

Yo para agilizar fondos soy partidario de las bibliotecas especializadas, sobre todo en Estados Unidos, ya que puedes pedir cualquier libro a cualquier biblioteca del país y tenerlo al día siguiente en tus manos. En España, obviously it’s imposible, dado que el día que llega, si es que llega, ya se haya convertido en un incunable.

Zeppo Marx inventó las argollas que sujetaron la bomba que cayó en Hiroshima. Preside mi comedor desde hace un tiempo una foto de los Hermanos Marx en Sopa de Ganso (Zeppo incluido, ésta fue su última película. Hubo incluso un quinto Marx, Gummo, pero cree que este nunca llegó a hacer cine, se quedó en los cabarets que hacían en los años veinte). Estupefacto me quedo al saber que en sus ratos libres se dedicaba a estas cosas.
Por cierto, siguen siendo los más grandes, sólo los Monty Phyton se acercaron a ellos.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

La capacidad revolucionaria del pueblo francés esta sobrevalorada. Uy, son la monda, a ellos no se las dan con queso, salen a la calle a protestar... si, esta gente tan guay fue la que un poco más y hacen presidente a LePen...

A diferencia del afrancesado Zelig, yo soy germanófila. Evidentemente, huelgan los comentarios sobre el pasado histórico de los alemanes, que ya lo han pagado con creces. Hasta creando un sistema social y político lamentable son buenos... y de ser la ruina de Europa, ahí van, montados en el petroeuro. Luego está Brecht...

Zelig dijo...

Tal vez, esté sobrevalorada, pero eso es porque también son muy buenos propagandistas, ya sabes si haces ruido pero no se oye no sirve de nada.

En cualquier paso así no nos pelearemos en el Risk en el reparto de países.

Anónimo dijo...

menos mal que nos queda portugal.
ya lo he dicho tó

Anónimo dijo...

Sr./Sra. Bronski, los franceses casi hacen presidente a LePen, pero los alemanes como son unos avanzados a su tiempo lo consumaron con Adolfo,no? En Europa no se salva nadie, dejense de germanofilia o afrancesamientos baratos hombre ya.

Zelig dijo...

Yo tengo el mérito querido Bárbara de haber entrado por primera vez en Portugal (brazo colgando por la ventanilla, melena al viento) cantando la canción del mismo título, de los no menos míticos Burros, mientras sonaba a todo trapo en mi auto. Consiguiendo así uno de esas raras comuniones celestiales.

Lisboa, prescindible. Oporto, absolutamente maravillosa (además contiene la librería más bella del mundo).

Zelig dijo...

Portugal 2:

Faro bonita, pero sucia. El Algarve ya no existe como tal, ha sido totalmente arrasado por las llamas. Tavira es como un festival de Benicassim pero sin conciertos.

Por cierto, don Lev usted puede ser aportuguesado si quiere que de momento lo tenemos libre.

Anónimo dijo...

el tema de mi frase era de siniestro total no de los burros. estamos locos o qué?

Zelig dijo...

Querida Bárbara, locos hemos estado siempre. Yo hablaba de mi propia experiencia en el país vecino y de cómo fue mi entrada.

Por otro lado, mi canción preferida de Siniestro Total siempre fue "Ayatola no me toques la pirola".

Anónimo dijo...

Yo siempre entrecomillo las impresiones viajeras del Sr. Zelig. Además veo que lo de entrar en los nuevos lugares con la ventanilla bajada y con un himno en el radiocasette es toda una forma de vida.

pd: Amigo Lev, como veo que no leyó mi comentario le reproduzco exactamente una parte del mismo: 'Evidentemente, huelgan los comentarios sobre el pasado histórico de los alemanes...'.

Anónimo dijo...

Pues yo me declaro más bien "españófilo o italianófilo" mucho mejores que otros ófilos o ófonos, o si no, al menos más originales y divertidos. Puestos a alardear de progresía, ahí estuvo España con el movimiento anarcosindicalista más potente que ha existido jamás en ningún país, o Italia donde la izquierda estuvo representada exclusivamente por comunistas y donde los socialistas apenas sí existían, por no hablar de la magna obra de la intelectualidad ligada a la izquierda que dejó gran impronta en el pensamiento político occidental. Y puestos a hacer mal las cosas, pues ahí tenemos a Franco o a Mussolini... y en versiones más recientes Aznar o Berlusconi. Al menos de todos ellos te puedes reir en algun momento gracias a ese toque mediterráneo del que no se pueden desprender y siempre generador de algún tipo de cachondeo. Yo a la Europa del centro parriba no le veo la gracia, está sobrevalorada y ha provocado 2 guerras mundiales y numerosos conflictos, además, Hace mucho frío coño!

Anónimo dijo...

Soy y seré siempre marxista...
de Groucho claro.

Zelig dijo...

Y dónde quedó todo aquello amigo Young: CNT, POUM, PSUC... enterrado en el más puro capitalismo, eso sí a los italianos ni agua, sólo hay que ver como juegan a futbol.

Yo también soy grouchista. Un conocido opinaba que era el mayor filósofo de la primera mitad del siglo XX, de la segunda decía que era Mr. Floppy el conejo aquél, alter ego del protagista de que aquella obra maestra de la televisión titulada "Infelices para siembre". Todo un sabio.