30 enero 2007

Leyendo Las tribulaciones del estudiante Törless de Robert Musil y Una novelita lumpen de Roberto Bolaño

Esperando que llegue el día en que decida acometer la lectura de El hombre sin atributos (al que el protagonista de Bartleby y compañía calificaba, más o menos, de libro definitivo) entretuve mis días leyendo su más accesible (creo que hay gente que la lee en secundaria) Las tribulaciones del estudiante Torless.

Es una novela cruda, en la que es imposible empatizar con ninguno de los personajes; narra un mundo y una casta en descomposición (los jovenes cadetes austríacos antes de la primera guerra mundial). Cuesta entrar en el libro y en su lenguaje abrupto y seco, pero la calidad literaria de Musil se va abriendo paso con su descarnada objetividad, que acaba revolviéndote con escenas de gran dramatismo y de enorme expresividad (como la humillación final al pobre Basini). Una gran obra.

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Una novelita lumpen es una obra menor en Bolaño. Fue fruto de un encargo que Mondadori hizo a diversos escritores hispanoamericanos para ambientar sus novelas en distintas ciudades y Bolaño escogió Roma. Fue su última novela publicada en vida, y es muy posible, por tanto, que alternara su escritura con la monumental 2666.

A pesar de que no tiene la grandeza de otros de sus libros, si hay motivos y personajes del peculiar territorio Bolaño, como el trasunto ciego del Maciste de los peplums, o la propia protagonista y sus enigmáticos compañeros de piso. En una novelita divertida, pero cuyo título ya hace referencia a las intenciones de Bolaño con respecto a ella dentro de su propia bibliografía (un mero trabajo alimenticio, como cuando, en sus inicios, se presentaba a los concursos literarios provinciales para poder llegar a fin de mes). Recomendable para iniciados en Bolaño, sino disfruten antes de alguna de sus obras mayores.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Mr. Zelig,

Ignoro si es usted consciente de su poder de convocatoria, pero para disipar posibles dudas, le diré que con tanto elogio a Bolaño, me están entrando ganas de meterme en el ajo. No he leído nada de él, ¿qué me recomienda?

pd. Ya puede usted leer mi artículo sobre 'Primera història d'Esther' en www.teatrebcn.com.

Zelig dijo...

Yo le recomendaría "Los detectives salvajes" sin duda la obra más importante de la literatura hispanoamericana actual. Si bien, quizá prefiere tantearlo antes con alguna de sus novelitas cortas, en ese sentido le recomiendo la web: www.robertobolano.com donde obtendrá una pequeña sinópsis de todas sus obras para que escoja aquella que usted prefiera.

Nuestra querida Bárbara comentó el otro día que estaba leyendo "Amuleto", yo no la he leído, todavía, pero parte de esa historia se cuenta también en "Los detectives salvajes" y tiene muy buena pinta. Si esta presente que se manifieste y nos dé su opinión.

Leída la crítica, curioso lo que opina (y no va muy desencaminado) Salvat sobre las cinco mejores obras dramáticas del teatro moderno. ¿El montaje actual tiene buena pinta?

Anónimo dijo...

estoy presente, y ya he leído amuleto. me ha gustado, pero no la he disfrutado a lo bestia como yo esperaba, sobre todo la última parte.
entre las razones pueden estar:
-las novelitas policiacas de henning mankell me han reblandecido el cerebro y todo ejercicio de estilo me resbala por entre las neuronas
- no vale tener la tele de fondo mientras se lee, es como comer unas gambas al ajillo montado en una bici estática
- bolaño no es el genio que cierto señor que escribe un blog nos ha vendido
esta última la descarto, porque los relatos de 'el gaucho insufrible' sí que me molaron, y mucho. Y 'la pista de hielo', que supongo no está entre sus mejores novelas, me enganchó a base de bien.

Zelig dijo...

Celebro que descarte la última opción de las posibles causas y que se una a la legión de admiradores del autor chileno (el cual, con muy buen criterio, ponía siempre a parir a su compatriota Isabel Allende).

Mario dijo...

Pues si querido Zelig: tienes un poder de convocatoria muy grande, apenas acorde con tu sentido del humor y tu calidez. A mi también me están entrando unas ganas enormes de hincarle el diente a Bolaño y adentrarme en una de tus zonas sagradas.

Sobre Musil, "El hombre sin atributos", que yo tampoco he leido completo, me parece una obra fundamental para entender el significado de la individualidad, de ser uno en un mundo que nos pide lealtades a las más disímbolas y contradictorias tradiciones. Recuerdo esa imagen de la conciencia del hombre sin tributos, lavada hasta esterilizarse, después de haber sido recorrida por tantos ríos de pensamiento, por aguas surgidas de manantiales tan diversos. La otra obra de Musil yo sólo la conozco por la película de Schlondorf. De hecho, él vino a presentarla en México a la Universidad a la que asistía hace algunos ayeres (no muchos, por supuesto). Recuerdo la línea argumental y me pasó un poco con ella lo que ahora con "El rey de los alisos", de Tournier. Es imposible sentir empatía con el protagonista, con la forma en que instrumentaliza a los chicos por los que dice sentir una devoción mística. Pero también provoca una especie de naúsea morbosa el adentrarse en la conciencia de un hombre que no tiene ningún pudor en confesar lo que nadie más puede decir. Y que su crimen, o peor, su conciencia criminal siempre frustrada, sea el centro de gravedad de su persona...

Un fuerte abrazo, Zelig, y si, estoy de acuerdo con aquello de Woody Allen y el amor a uno mismo...

Anónimo dijo...

'Primera història d'Esther' se estrenó ayer en el TNC. Medio leí la obra -lo confieso: no la acabé- y estuve en uno de sus primeros ensayos. ¿Buena pinta? Críptica, sin duda, sobre todo por el vocabulario que utiliza -me recordó al mismo Montilla de 'Minoría Absoluta' con sus adhucs i nogensmenys-. Me tiene desconcertada, no sé... La escena del 'apoteòtic', cuando los personajes se dirigen al rey de Persia (un títere) haciendo ver que son títeres me ha ido rondando por la cabeza unos días... al estilo de aquella 'luz eléctrica, gas, están quemando goma...'. Quizás me atreva a pasarme por allí...

Anónimo dijo...

Aunque sólo sea por la recomendación del Dr. Salvat...

Anónimo dijo...

Puede volver a hablar la gente de Mel Gibson o Kevin Costner!!!

Zelig dijo...

Estamos de acuero don Mario, no podemos empatizar con el joven Törless, pero sí compartimos ese morboso placer de adentrarnos en su mente, aún sabiendo su falta de escrúpulos y, como dices, lo nauseabundo de su comportamiento.

Zelig dijo...

"Luz eléctrica, gas, estaban (o estaban, no sé, no recuerdo bien) quemando goma."

Es curioso, a mí también me ha martilleado esa frase en mi memoria desde la primera vez que leí "El público". Contiene una extraña fragilidad y un patetismo que no para de golpearte. Será por eso que Lorca es un maestro, claro.

Zelig dijo...

Querido Lev, puede mutar cuanto quiera, pero su amor platónico por el bueno de Costner le acaba delatando.

Yo no la he visto todavía "Apocalipto" maybe this weekend, coméntela usted querido, en cuanto la vea tendrá su puntual report.

Anónimo dijo...

¡Menudo coñazo! ¡Manda huevos!

Anónimo dijo...

Ra-Ra-Rasputín es el bar de moda aquí, con toda pinta llegan aquí... ¡Ah, Ya no se hacen canciones como las de antes!

Anónimo dijo...

Que mania con la puta lacra de boniem! Que les den por culo!
Yo soy uno de los tios más malvados y siniestros de la história de la humanidad joder! Yo era el asesó del último zar!

Zelig dijo...

¡Uy, qué malote es usted! No quiero ni pensar que le haría al de los pelos de Boney M. si supiera que le ha convertido en un leit motiv cualquiera.

Por cierto asesó, ¿está confirmado que el rabo aquel de 40 cm guardado en formol era el suyo?

Anónimo dijo...

Si k lo era si, se lo cortaron como trofeo antes de tirar el cadaver al rio...eso si, más k del zar, no se haga el sueco, era usted asesó de la zarina...ay pillín!!

Anónimo dijo...

Y que sabrás tú sionista!!!
El rabo lo recuperé y hasta aquí puedo leer.