09 diciembre 2005

Viendo La fidelidad (2000), de Andrzej Zulawski

El director de origen polaco Andrzej Zulawski siempre ha arrastrado fama de cineasta burgués y pedante, y yo me pregunto: ¿hay algún director francés o que se le considere como tal (el propio Zulawski por ejemplo) que no arrestre dicha fama?.
A mi juicio, aunque he visto poco de su filmografía, es un director correcto, quizás algo pretencioso, pero preferible a cualquier barrabasada yanqui. No hay que olvidar que empezó de la mano del gran Andrzej Wajda (claro que Jess Franco también trabajó con Welles) y algo debe quedar de aquello.

La fidelidad adapta el clásico francés del s. XVII La princesa de Clèves y lo traslada al París de nuestros días. Protagonizada por Sophie Marceau, esposa de Zulawski (probablemente este es el mayor mérito que haya que reconocerle al director polaco), logra ser convicente en sus conflictos interiores, aunque algunos personajes secundarios resultan poco creibles y se acercan a estereotipos; a destacar las ridículas apariciones fantasmagóricas, nada integradas en la trama. En suma, una adaptación correcta con un exceso de metraje, quizá con 20 o 30 minutos menos (el filme se va casi a las tres horas) sería más contenida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh la la, Sophie Marceau!

Anónimo dijo...

decir de una peli que es correcta es casi como decir que es una boñiga repugnante, que no? menudo es él.

Zelig dijo...

Viene a ser algo así como cuando con 15 años te dicen "sí, pero sólo como amigo".