26 septiembre 2006

Viendo El péndulo de la muerte (1961) de Roger Corman y La mujer del aviador (1980) de Eric Rohmer

La verdad, nunca he sido muy aficionado a las películas de terror, al género en sí me refiero, porque las buenas películas, como dije el otro día, no tienen género. La Hammer, sin duda, es la productora tótem, o al menos, la más prestigiosa. El péndulo de la muerte que pasa por una de sus mejores obras, con Vincent Price como intérprete y con Roger Corman como director de lujo, es bastante flojita. Ni ese pretendido juego crómatico donde los colores y los filtros en cámara representan la personalidad de los personajes ni el insulso guión atrapan. Lo mejor, quizá, la última vuelta de tuerca del final.

En fin, no sería justo condenar a la productora por un filme, puesto que se hicieron grandes películas ahí y fue cantera para actores míticos como el propio Price o Jack Nickolson. Recuerdo en mi tierna infancia haber visto las películas de Fu-Manchú protagonizadas por el malvado Christopher Lee que me mantenían paralizado en la butaca, bueno en el sofá (si no me equivoco las daban los sabados por la tarde, en una época en que podías encontrarte ciclos míticos como el de los hermanos Marx ¡en B/N y en una televisión pública! o westerns memorables). Dicen los entendidos que los mejores Drácula fueron también los de la Hammer interpretados, como no, por el mítico Lee, un día de éstos les echaré un ojo y les cuento.

---

Eric Rohmer es uno de esos grandes directores de los que afortunadamente todavía me quedan películas inéditas por disfrutar. La mujer del aviador es una sencilla comedia donde el director francés vuelve a su tema preferido, las relaciones de pareja. Fiel a su estilo, Rohmer rueda con sónido directo, luz y escenarios naturales. Una simple anécdota y el azar es suficiente para que construya un filme, un instante de vida, que muestra el triangulo amoroso de unos jóvenes parisinos.

Si bien no es una de sus obras maestras, como Perceval o Cuento de verano, es un grandísima película que se disfruta en un suspiro y que demuestra que, a veces, la sencillez es más que suficiente para rodar una obra espléndida.

10 comentarios:

Mario dijo...

No conozco mucho del cine de Rohmer, pero los dos o tres bocados que he tomado de su filmografía me parecen deliciosos. Como tu dices, se trata de un director sencillo (pero no simple) y director. Me gusta mucho el "Cuento de primavera", la extraña "El árbol, el alcalde y la mediateca" y, sobre todo, "La inglesa y el duque". De esta última, me gustó mucho la reflexión sobre la revolución francesa y una idea que debe ser de reflexión obligada para la izquierda moderna: cómo procesar la diferencia al interior de los grupos contrarios al poder, para que la lucha por la libertad no derive en el terror y el despotismo.

Y comparto totalmente esa otra idea contigo: qué maravilloso es descubrir a un autor del que empiezas a enamorarte y descubrir que te falta toda una filmografía por descubrir. A mi me pasó con Buñuel, la primera vez que ví una de sus no muy afortunadas películas rodadas en México. Me pasó con Pasolini, cuando vi "El evangelio según San Mateo". Y también me ocurrió con Kurosawa cuando vi, precisamente, una de sus últimas obras, "Fanny y Alexander". La mala suerte es que no se puede tener dos veces el primer enamoramiento con la obra de un cineasta.

Saludos, como siempre.

Mario dijo...

Perdon: donde quise decir Bergman, dije Kurosawa, aunque este último también me provocó amor a primera vista con "Rashomon".

Zelig dijo...

Con Rohmer esa sensación de fascinación iniciática me ocurrió con "Perceval le gallois", una película isla, única en la historia del cine, con una fotografía maravillosa de Nestor Almendros y una escenografía que recuerda las miniaturas medievales.
Desgraciadamente es, como casi todo Rohmer, muy difícil de ver.
Yo tuve la suerte, por aquellas casualidades del destino, de disfrutarla (y proyectarla), a long time ago, en 16 mm., pero eso es otra historia.

Probablemente mi último gran enamoramiento de la cinematografía actual ha sido Kim Ki-Duk.

Anónimo dijo...

Sólo falta que os pajeéis mutuamente

Zelig dijo...

Pero sin mariconadas, claro.

¿Un mal día querida Bronski?

Zelig dijo...

Masturbación. Pajas. Chaqueta. Manuelas. Manivelas. Gayolas.

Elija la que más le guste, si no le convence ninguna querida Bronski puedo darle otros ejemplos:

1. La paja viciosa. Es la paja por excelencia, la que hasta ahora se creía la única. Es la que te haces simplemente porque estás salido y punto. Tiene una variante conocida como la paja dedicada, y es aquella que te haces cuando ves una tía que te pone como una moto y te la machacas pensando en ella, antes de que el recuerdo se evapore de tu mente.

2. La paja ociosa. Es aquella que te haces sin ningún tipo de motivación sexual, simplemente porque te aburres y no tienes nada que hacer. Es la que se da en esas largas tardes de verano, cuando estás de vacaciones y tus colegas no pueden quedar hasta las nueve y todavía son las siete y no sabes cómo matar el tiempo hasta que llegue la hora. Si el nivel de aburrimiento es muy alto, puede derivar en la paja experimental, que es cuando te da por hacer chorradas como pelártela con la mano izquierda, untada en crema o con la mano fría.

3. La paja valeriana. La que te haces en momentos de estrés buscando no la satisfacción sexual (que nunca viene mal), sino la relajación posterior. Es lo que sueles hacer el día antes de un examen que llevas cogido con pinzas.

Anónimo dijo...

Esto de las pajas es de una canción de un rapero llamado Shotta si no me equivoco, de la canción "Más pajas". Todo un canto lírico al acto en sí.

Zelig dijo...

Caramba don Yom que puesto está usted no le hacía con pantalones bajos, cadenas y skate.

La verdad es que no sé de donde viene este tratado, lo guardaba desde antiguo en el escritorio y doña Bronski la pintó en calva para que lo posteara. Parece difícil que pueda ser rapeado ¿no? Eso me recuerda un antológico episodio de "Padre de familia" donde el amigo Peter está escuchando una emisora policial y el perro, que entra en escena, le pregunta si por fin le han quitado toda la música al rap.

El artículo propone doce formas distintas, se las nombro a continuación por si está interesado en que le detalle alguna:

4. La paja valium o somnífero
5. La paja higiénica
6. La paja celebrativa
7. La paja sorpresiva
8. La paja McAulay
9. La paja preparativa
10. La paja rutinaria
11. La paja reto
12. La paja innovadora

Anónimo dijo...

Nada de un mal día, Sr. Zelig. Es que ya me los veía hablando de sus cosas a usted y el sr. Mario mientras se daban cuenta que tenían algo más en común que sus aburridos comentarios. Me parece mucho más divertido el rumbo que ha tomado el post desde que hice mi intervención. Hasta ese momento era harto soporífero. Me muero de ganas de conocer el objetivo y la forma de la paja McAulay (¿Kulkin?).

Zelig dijo...

Sus deseos son ordenes. Le recordaré lo de "sus aburridos comentarios" cuando usted haga alguno sesudo.

Andaba bien encaminada:

8. La paja McAulay. Te la haces simplemente porque estás "Solo en casa".