18 septiembre 2006

Viendo Domino (2005) de Tony Scott y Corrupción en Miami (2006) de Michael Mann

Bien amigos, hoy vamos a hablar de dos estrenos calentitos.

Mis adorados fans sabrán que el cine de acción, como género, no me atrae demasiado, aunque un buen filme siempre será un buen filme. A mi juicio, dos de los mejores directores del género son Tony Scott (hay quien dice que es el hermano bueno) y Michael Mann. Ambos tienen auténticos peñazos a sus espaldas (para qué dar títulos) y grandes películas, por ejemplo El último boy scout el primero y El dilema el segundo. Veamos sus últimos trabajos:

Domino: La historia es sumamente atráctiva y la Keira, que también, no lo hace mal. La película tiene ritmo, pero es tramposa en su guión. No aburre pero tampoco es memorable. Los secundarios como Christopher Walken y Mickey Rourke (que ha vuelto hecho todo un actor de su descenso a los infiernos; memorable era su personaje en Sin City, la mejor adaptación de un cómic que yo haya visto, a pesar de que un episodio de los tres era bastante flojo) salvan la película en más de una ocasión, no así los dos personajillos de Sensación de vivir, como anécdota está bien que aparezcan, pero se abusa de ellos. En fin, correctilla y palomitera, para ver y olvidar.

Corrupción en Miami: Así como las películas de Tony Scott tienen un regusto patriotero y fascistoide, confio mucho más en Mann y le creo capaz de hacer grandes títulos. Es de los pocos directores actuales que sabe llenar un Scope. No obstante, en la adaptación de la famosa serie televisiva no ha demostrado méritos.

Recuerdo la serie de mi tierna infancia y tenía un estilo propio que no ha captado la película: el rollito que se llevaban los dos protagonistas, las notas de humor (el cocodrilo aquel del barco aquí no aparece), etc., eran más humanos. Aquí Mann los ha transformado en superhéroes y el filme es frío como el acero, no hay humanidad en ellos (pese a ese lado oscuro, tan propio de Mann, que le hace enamorar al prota con la mala de la película). Foxx y Farrell (que aún espero que me demuestre que es un buen actor) son dos armarios, la presencia de Tosar es testimonial y Gong Li estaba mucho más mona cuandro trabajaba con Zhang Yimou. Para postres, final abierto con lo que pronto tendremos una segunda parte. No creo que la vea.

6 comentarios:

Mario dijo...

No he visto ninguna de las dos películas, pero coincido contigo en que, aunque la acción tampoco es mi género favorito, ambos cineastas tienen grandez obras a sus espaldas. De Tony Scott recuerdo con emoción esa película con guión de Tarantino, "True Romance". Y de Mann, me gutó mucho "The Insider" y "Manhunter", la precuela (si es que existe esa palabra) de "El silencio de los inocentes". Y, por supuesto, el duelo actoral entre Pacino y De Niro en "Heat"... El cine acción me recuerda que al cine también se va a divertir, y no sólo a sufrir, jejeje

Anónimo dijo...

pues no he visto ninguna de las dos. aprovecho para recomendar "la noche de los girasoles", española, de un director novel (no recuerdo el nombre) pero muy sólida. con carmelo gómez (tanto él como el resto del reparto, brillantes)

Anónimo dijo...

conste que fui recomendada por otro de los blogs que visito habitualmente: http://spauld.blogspot.com/
si no se fían de mí, fíense de la reseña que le dedica a la susodicha

Zelig dijo...

Sip, querida Barb he oído hablar bien de "La noche de los girasoles", de hecho creo que estuve a punto de entrar a verla no hace mucho, aunque me acabé decantando por otra (no recuerdo cuál).

He leído alabanzas al respecto de su punto de vista múltipe (que me recuerda sospechasamente al "Rashomon" de Kurosawa), espero que sea sólo un homenaje. Tomo nota de la recomendación.

Anónimo dijo...

bueno, está dividida en capítulos, y cada uno cuenta la historia desde la perspectiva de uno/varios personajes; no he visto rashomon, pero sí muchas pelis con ese tipo de estructura. no creo que el principal valor de la pinícula sea la innovación formal, pero en cuanto a la construcción de personajes creo que está muy conseguida. y además hace un retrato bastante acertado (creo) del rural en españa. qué más quieres, baldomero.

Anónimo dijo...

Yo al que eché en falta fue a Edward James Olmos, un extraño mito erótico hispano.