25 abril 2006

Crónica Rosa de la 1ª Cena Quedada Zeligmaníaca (by Tom Young).

Queridos cofrades de Zeligmanía, el señor Young cumplió su cometido. Les dejo con su relato de lo acontecido aquella noche:

"21:30, sábado 22 de abril, de camino al Tramuntana, un servidor y O. Bronski (lo de este señor es increíble, sabe tanto de mí que no se como pero ya estaba en mi casa mientras yo me acicalaba para el evento..., total que nos fuimos juntos), topamos con mr. Lev y sra Leva, Levi...? que a su vez iban a la búsqueda del Grial, del Arca Perdida, camino de Ítaca... que querían aparcar vamos. Subimos al auto, precioso, cómodo, suave, nos dejaron en la puerta del local, y siguieron buscando.
Una vez en el interior, ya con Lev y cía, deliciosa sangría en mano, íbamos comentando diferentes y graciosas anécdotas para dar tiempo a la llegada del maestro de ceremonias y guía espiritual que como todo lo bueno, se hizo esperar. Su entrada fue apoteósica. Se hizo el silencio, un halo espiritual se adueñó de la estancia, una luz de otro mundo enfatizaba su presencia, todos los presentes, incluidos aquellos ajenos a la reunión, quedamos conmocionados, una gran sensación de paz y armonía se impuso en la escena. Lentamente fuímonos restableciendo y rendimos pleitesía al inimitable, inigualable, incorruptible, sí, por fin ante nuestros ojos, Mr. Leonardo Zelig!!!!!
Como todos los genios y demas seres superiores, éste se mostró campechano y amigable, sabio sí, pero modesto y todo un hombre de su tiempo (aunque reconozco que no sé qué coño significa eso).
Roto el hielo, inicióse una alegre y dicharachera conversación siempre armonizada por nuestro gurú. Todo esto mientras esperábamos mesa, que poca vergüenza! a Zelig se le espera, no se le hace esperar. Suerte de su inagotable bondad.

En fin, una vez aposentados y ya pedidos ricos manjares y mágicos brebajes, llegó el momento más esperado por mí, estoy hablando claro de la entrega del premio de la quiniela de los Oscar y no, no fue la novela rosa! Qué emoción poder estrechar su mano, qué alegría poder fotografiarme junto a Él, será un recuerdo imborrable en mi memoria!!! No sé si el resto de mortales podrán visionar esa fotografía, [la sin par Mofletes tomó el documento gráfico] el sr. Zelig es muy suyo. Luego, la sorpresa, siguiendo con el ejercicio de mimetismo, a O. Bronski también se le entregó un premio, (no, no era la novela rosa), lo de este personaje no puedo entenderlo, aunque creo que estoy empezando a cogerle cariño.
Adelantada la velada, se nos añadieron tres nuevos comensales, no habituales del blog (no sé si por modestia o por miedo), pero sí seguidores de las andanzas de su creador.

Como suele ocurrir en estos casos, la cena se alargó hasta altas horas de la noche en medio de ricas conversaciones y jocosas anécdotas. Éramos tan felices que decidimos continuar la reunión en un alegre bar musical, donde una jovial moza nos sirvió una ronda de cervezas. Ahora que lo pienso Lev no se dignó en quedarse, estos judíos son raros...
En fin, luego despedidas, besos, lágrimas etc... y un encargo que creo haber completado.

Siempre de todos,
pueden llamarme Tom."

8 comentarios:

Zelig dijo...

Enhorabuena Mr. Young ha captado perfectamente, con una precisión casi fotográfica, lo acontecido aquella noche, en especial el momento de mi modesta entrada.

Anónimo dijo...

A sus pies maestro. Para eso estamos.

Anónimo dijo...

estoy a punto de llorar...aunke existe un error sr young, ya k yo tuve la suerte de encontrarme con el insigne gurú en la puerta, y ya percibí su halo antes que ud...pero bueno, es verdad, los judíos somos muy raros, y mi trabajo en la sinagoga requeria que no me quedara hasta altas horas de la madrugada emborrachándome perniciosamente...

Anónimo dijo...

me he recocijado con la crónica, pero eso de "crónica rosa"... quiá! para eso faltan detalles más morbosos, no hace falta ser lydia lozano para darse cuenta. de todas formas, queda muy claro que se lo pasaron como enanos, cosa envidiable. vivan todos ustedes. ole con ole.

Anónimo dijo...

Ah, qué placer sentarse a la mesa con el insigne Leonard Zelig. Lo mejor de la noche: cuando nuestro gurú, como es habitual en su personaje, se mimetizó en un choricillo borracho de los que adornaron la mesa no por mucho tiempo.

Zelig dijo...

Mmm,choricillos borrachos, sí que duraron poco sí, a diferencia del estado etílico de algunos...

Anónimo dijo...

cuanta injuria y calumnia en el blog!!!! fui una bonita noche, de esas para remember for a long time...

Anónimo dijo...

Looks nice! Awesome content. Good job guys.
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