Sí amigos, ya podéis respirar aliviados, vuestros días de luto han terminado, ha vuelto vuesto héroe favorito Super Zelig. Y en estos días inciertos en que vivir es un arte (que cantaban aquéllos) han pasado muchas cosas, entre ellas, el ágape conmemorativo de la porra de los Oscar. No estaría de más que los asistentes a dicho evento dedicaran unas líneas a explicar lo que allí acontenció, en especial la ganadora, O. Bronski que, como es costumbre, debería hacer la crónica de sociedad del tiberio.
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Y bien, entremos en harina, como le prometí al señor Lev voy a esbozar sucintamente unas líneas sobre los recientes trabajos de Eastwood; ya le dije que actualizaría el lunes, lo que no especifiqué es cuál de ellos:
Banderas de nuestros padres es un filme correcto, pero que, para mi gusto, se recrea en exceso en las escenas bélicas, escenas que, dicho sea de paso, desde Salvar al soldado Ryan se repiten de forma idéntica en todos los filmes del género. La idea de narrar en paralelo mediante flash-backs la toma de la isla y la historia de los chicos una vez les obligan a regresar como héroes es un acierto. No obstante, creo que es muy superior Cartas desde Iwo Jima, aquí sí, Eastwood se luce. La interpretación de los actores es excelente, reflejan perfectamente las contradicciones de los japoneses en su lucha, mucho más creíbles o humanizados frente al estigma heroico con el que se suelen construir los personajes norteamericanos (también en Banderas).
El alegato antibélico es claro, sobre todo, al tener la visión de los dos bandos y ver como ese encarnizamiento que vemos en la versión americana pierde todo su sentido al contemplar la misma escena desde el bando japonés. Es memorable, y aquí hay un guiño muy claro a La gran ilusión la obra maestra de Renoir con el descomunal Eric Von Stroheim, el momento en que el oficial japonés atiende y habla con el soldado americano herido; es entoces cuando vemos lo absurdas e irracionales que son las guerras.
Coda: ¿Cuándo juzgarán en el Tribunal Internacional de Derechos Humanos de La Haya a aquéllos, algunos incluso todavía gobiernan, que alientan y propagan las guerras sin otros fines e intereses que los suyos propios? Espero que pronto.
19 marzo 2007
¡He vuelto! Viendo Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima (2007) de Clint Eastwood
Publicado por Zelig a las 14:36
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21 comentarios:
parece k da la cara al fin...bueno, siento decirle k siguiendo mi política económica no me dejo caer mucho por los cines de la provincia últimamente, y se da el caso de k no le puedo rebatir o afirmar sus opiniones acerca las películas del sr eastwood...pero seguramente estaran bien o muy bien, no hay duda...
He de decirle también que dándose el caso de que nos habia anunciado que volveria este lunes, pensé por un momento que su actualización del blog tendria algo que ver con el reportaje que publica su querida revista interviú esta semana con la no menos amiga suya srta pataky...
Por fin ha dejado de esconderse!
Estoy de acuerdo con sus apreciaciones sobre el maestro Clint, también considero mucho mas redonda Cartas.. que Banderas...
Esperemos que no vuelva a columpiarse de nuevo.
P.D: ¿conoce a la Pataky, es su amiga?. Lo dudo.
No hablaré de mi affaire con la señorita Pataki sin la presencia de mi abogado, pero en fin... tuve que darle calabazas sí, me eclipsaba demasiado.
Por cierto, don Lev ¿tiene ya laburo o sigue con el dolce far niente?
dolce far niente...k bonita expresión y k gráfico lo ilustra... aunque no crea k estoy tan ocioso...
Sr Zelig y compañia, espero verles por mi nuevo y flamante blog...verá k es una copia del suyo, por ahora, pero no tenia muchas ganas de pensar...jejeje
http://lahoradelbagel.blogspot.com
nos vemos
Querido Zelig:
Realmente prolongada la ausencia, pero seguro ya estabas un poco pálido y necesitabas exponerte al sol lo necesario. Bienvenido, y no abandones el barco tanto tiempo... Yo vi las dos de Eastwood y coincido contigo en que es superior "Cartas...". De alguna forma, el tema principal de "Banderas...", la política como manipulación, ya se ha visto mucho y difícilmente la guerra se puede filmar desde un ángulo novedoso. Lo que me gusta de la dupla es esa idea muy responsable en términos políticos de mostrar las dos caras de la misma moneda: como hace Esquilo en "Los persas" para decir que las guerras no son conflictos heroicos, sino trágicos. No se enfrentan héroes iluminados con la posesión de la verdad contra bárbaros carentes de civilización; la tragedia es que cada bando reclama, y con razón, la posesión de una verdad y de una civilización que les ha costado mucho trabajo edificar. Es precisamente lo que le falta entender a Bush, que nadie es héroe y si todos potencialmente villanos... Por otra parte, me es un poco deprimente que yo, a mis 28, esté tan falto de ideas y el maestro Eastwood esté rebosante de ellas cuando ya ha rebasado los 60... Un abrazo, querido amigo
Querido Lev, he estrenado oficialmente su blog. Avíseme cuando llegue al post 50 (he visto a muchos quedarse por el camino) eso será sinónimo de constancia. Mientras tanto permítame que le considere bloguero en prácticas.
Totalmente de acuerdo querido Mario, lastima que Bush se irá sin entender nada, espero que alguien lo juzgue algún día como criminal de guerra.
Por cierto, su mención a Esquilo me recuerda que estoy leyendo, a ratos, un libro titulado "Historia de la destrucción de los libros", todavía voy por los griegos, es absolutamente aterrador ser consciente de la gran cantidad de obras (entre ellas, la del propio Esquilo) y bibliotecas perdidas sin remedio en la noche de los tiempos. Sólo nos queda la esperanza de que alguien, algún día, encuentre unos papiros o unos rollos con una nueva obra de Sofocles o, por ejemplo, el segundo volumen de la "Poética" de Aristóteles.
Sobre el tema de los buenos y malos en las guerras, está muy en boga gracias a 300...eran los persas malos malosos y los griegos buenos de verdad? que simplista la visión...estando de acuerdo en que es un cómic y no un libro de historia al uso, sólo decir que los persas pasaban por ser la civilización más exquisita del momento, y prueba de ello será que Alejandro al conquistarlos adoptará sus formas ipsofacto. Es decir, que si miramos las fuentes de cada bando nos van a dar una visión totalmente opuesta de quienes son los buenos, y es por eso que no tiene sentido en si mismo el debate sobre esa dicotomia. La historia ha de referirse a hechos, no a ser un elemento propagandístico del vencedor.
Querido A. Mazda,
Cuando al-Qaeda consiga restaurar Al-Andalus, créame usted, que los persas serán los buenos.
Bienvenido mister o mistress Mazda,
La dicotomía entre buenos y malos siempre tiene peros, obviamente, no obstante en hechos, llamémosles contemporáneos, los puntos de vista, la legalidad vigente y la voluntad de un pueblo son bastante claros. Querer justificar según que cosas con esa dicotomía (no digo que usted lo haga) no es sólo injusto sino una tergiversación de la historia.
No he visto ninguna de las dos: pero las tengo pendientes. Eastwwood es el último clásico americano.
hoy tb le recuerdo en mi blog.
un abrazo.
bueno, yo no he acabado de entender el argumento de mr/mrs mazda (si se refiere al dios persa, es él) pero tampoco el k hace la srta bronski...Es cierto que es complicado definir buenos y malos, todo depende según se mire, pero como dice mr zelig hay unos baremos estandar que nos ayudan. Ahora, en el caso de muchos enfrentamientos entre paises o imperios no me direis que no es complicado establecer quien tiene razón...entre persas y griegos quienes son buenos y malos? los persas son malos porque no son europeos y por tanto no son de los nuestros?? Es Turquia Europea o al ser musulmana ya no lo es? Tal vez escriba sobre esto más profundamente...
Estamos de acuerdo Mr. Senses, Eastwood es el último clásico americano de esa gloriosa estirpe que viene de Griffith, Ford, Walsh...
Se quejará don Lev del trato que le doy a su blog, encima le doy ideas para sus futuros comentarios...
¿Baremos estandar? ¿voluntad de un pueblo? ¿legalidad vigente? ¿Todo esto existe, todo esto es una objetividad absoluta?
La objetividad no existe, no la tiene nadie, ahora bien, siempre, siempre, hay que buscarla, perseguirla, aunque choque con nuestra opinión o ideologia personal, el resto es puro panfletismo y el no reconocimiento del otro que por supuesto se equivoca y eso nos lleva ya a un terreno muy peligroso.
Querido Tom, sobre los baremos estandar, me refiero a por ejemplo: ¿quien es bueno o malo en el asunto Hitler contra checoslovaquia o contra los judios? Hombre, hay casos más claros que otros, solo eso...
pues yo por dar la nota me quedo con "banderas...", mucho más entretenida. y jugosona. y con más mala otia, digan lo que digan.
Así me gusta, siempre nadando a contracorriente.
Sr. Young
La objetividad es la burda quintaescencia del postmodernismo. Para más detalles véase a O. Bronski con una cerveza delante
Demasiado críptico para mí, creo que yo también tomaré otra.
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