04 mayo 2008

Asaltando mí memoria. Viendo, veinte años después, Detour (1945) de Edgar G. Ulmer

Durante muchos años a aquel que quisiera escucharme le hablaba de una película que había visto en mi tierna infancia, pónganle hace veinte años, más o menos. La emitieron un verano en sesión de tarde, en TV3 para ser más exactos (en aquella época aún podía verse una película en B/N en una televisión pública). Recordaba el título Detour, y que era una especie de road movie y cine negro donde el protagonista narraba en off su historia (no recordaba exactamente de qué iba) y hacía mención, constantemente, a la "Sue", su amada. Nunca volví a verla, aunque creo que Garci la pasó en su programa o se volvió a emitir alguna vez en televisión de madrugada, recuerdo pedirle a un amigo que me la grabara, aunque la cinta nunca llegó a mis manos. En fin, no hace mucho caminaba medio dormido por una estación de tren cuando la vi de reojo en un cajón de filmes en oferta y me lancé sobre ella.

Hoy, veinte años después, me dispuse a verla. El filme es un producto de serie B en toda regla. Una película, de poco más de una hora de duración, de cine negro y carretera rodada en apenas seis días y con un presupuesto ridículo. Los actores son regulares y hay, incluso, algún plano que parece un descarte de montaje por su falta de raccord. No descarto este extremo, en tiempos -esto era práctica habitual en el cine mudo- se montaban versiones de la misma película con descartes de las tomas buenas; esto era así, entre otros motivos, porque la película se desgastaba a fuerza de hacer copias o porque se hacían clones de copias para el mercado europeo o para otros circuitos. De hecho, muchas de las películas que hoy conservamos de aquella época son refritos donde se aprovechan los mejores planos para hacer una copia definitiva. Tratándose como era de una película de serie B, casi Z si no fuera porque el género Z nacería en los cincuenta, no sería nada descartable.

Si todo esto es así, ¿por qué es una película mítica? (ya no sólo para mí, sino también para la historia del cine), por varios motivos: el primero su director, Edgar G. Ulmer, que había sido ayudante de dirección del gran Murnau (vino con él para hacer Amanecer [1927], el primer filme americano del director alemán), y firmaría poco después un filme de terror mítico The Black Cat (1934), con Boris Karloff y Bela Lugosi, pero que tuvo la "desgracia" de tener un affaire con la mujer de un pariente de Carl Laemmle, el todopoderoso presidente de la Universal, lo que le cerró las puertas del éxito y se vio recluido a la serie B. La calidad de Ulmer se nota, sobre todo, en el uso de la fotografía.
Nota: el gran cine negro americano es deudor del expresionismo alemán, no sólo fotográficamente sino también de sus -algunas- surrealistas tramas. Ahí está, sin ir más lejos, el clásico de Huston y Bogart El Halcón Maltés. Alguien debería estudiar esto de forma seria: la continuación formal que tuvo el expresionismo alemán en el cine negro clásico estadounidense.

El guión del filme, trufado de diálogos mordaces, es excelente: un pianista viaja en autoestop desde la Costa Este a Hollywood en busca de su amada, la Sue, una cantante que ha marchado allí a hacerse un nombre. Por el camino le recoge un hombre y el conductor decide intercambiar el asiento con él para que pueda descansar, al rato comprobará que no estaba dormido como pensaba sino muerto. El pianista decide deshacerse del cadáver y asumir su identidad... La película está narrada desde el punto de vista del pianista, Tom Neal, y uno duda si es un pobre hombre al que el azar le ha jugado una mala pasada (tema posmoderno avant la lettre, ahí está Paul Auster, sin ir más lejos) o es un asesino que intenta justificar sus crímenes (casualidades del destino, el protagonista pasó sus últimos días entre rejas después de asesinar a su tercera esposa). La trama se complicará aún más con la aparición de una misteriosa mujer, Ann Savage, excelente como femme fatale, que intentará chantajear al protagonista...

El filme, como ya dije, es rudo, sucio, con protagonistas feos, mal afeitados, se nota el calor y el sudor del desierto por donde transitan. Todo ello unido a la excelente fotografía, la introspección psicológica del protagonista, el azar, el magnífico guión y el aura mítica de su director y protagonista hacen de esta una película única, un filme isla en la historia del cine que hace ya tiempo figura en ese salón de películas extrañas y míticas que todo buen aficionado merece ver una vez en la vida y que recomiendo enfervorecidamente.

PD: Acabo de saber que Detour tiene especial importancia en la novela de Vila-Matas, El mal de Montano, esto lo hace aún más fascinante, si cabe.

12 comentarios:

senses and nonsenses dijo...

me faltan datos, lo que más me suena es el título, Detour, jo, cómo me suena, es posible que con garci, pero no la termino de ubicar.
pero gracias, la tendré en cuenta, si la veo en alguna colección del algún kiosko o estación.

un abrazo.

Anónimo dijo...

casualmente estoy leyendo la novela de hammett, el halcón maltés, y por cosas de la vida no he visto la película de huston. Sé que cuando termine el libro (hoy o mañana, calculo) me entrará ganas de ver la peli... trama surrealista, dice? tengo curiosidad por ver cómo se adaptó la historia.
De detour diré que también me suenta, pero no sé de qué. Y en clave de serie B, muy interesante la colección que sacó cinemanía hace unos meses, por ahora solo me he visto "D.O.A." y le llega bien de desasosegante.

Anónimo dijo...

amigo Zelig, lo explica usted tan bien que dan ganas d verla ipso-facto.

Zelig dijo...

Amigo Nonsenses, búsquela, seguro la encontrará de saldo por ahí. Edita Naimara Producciones, según reza la cubierta.

Querida Bárbara, ¿por D.O.A. entiende "The monster and the girl"? Lamentablemente, no la he visto.
Sobre el tema de la trama surrealista, creo que ya expliqué por aquí la anécdota que explicaba Cheever sobre Faulkner, Huston y Hammett discutiendo quién había matado a un personaje, porque ni el guionista, ni el director ni el escritor lo tenían claro.

Zelig dijo...

Querido Lev, sus halagos no hacen sino acrecentar mi ego... pero me gusta, jeje.

Anónimo dijo...

no muchacho, por DOA me refiero a "Dead on arrival" (o similar), "Con las horas contadas", la historia de un hombre que sabe que va a morir y dedica sus últimas horas a buscar a su asesino. Sé que ha habido versiones posteriores mucho peores. Mire lo que dice wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/D.O.A._%281950_film%29

Pero "the monster and the girl" suena fetén, habrá que investigar.

Zelig dijo...

Buena película también la suya, sí señor.

Anónimo dijo...

y al final se hace quedada algún día? o es sólo para sabadelianos? yo me quiero adosar

Zelig dijo...

Querida Barb, de momento no hay ninguna quedada apalabrada (falta encontrar una excusa para dicho evento). Pero tan buen punto la haya será usted pertinentemente informada e invitada.

Anónimo dijo...

Uy, cómo cualquier cosa que diga en este post será una gilipollez, me atrevo a dar esa excusa que veo necesitamos con urgencia: la magnífica sangría del Tramun.

Querida Barb, ha destapado usted la caja de los truenos con lo de 'sabadelianos'. Sepa usted, que por lo general y hasta dónde mi conocimiento llega, este blog se nutre de comentarios de muchos 'terrasinos'.

Zelig dijo...

Ya se sabe que la mala hierba crece por todas partes.

Anónimo dijo...

tanta que creen por ahí que todos lo somos...