Uno de los rasgos propios de lo que ha venido llamándose posmodernidad es el azar y la imposibilidad del ser humano de controlar su propio destino, las novelas de Paul Auster, sin ir más lejos, se construyen a través de este hecho.
Match Point, el nuevo trabajo de Woody Allen, y la mejor película del director en mucho tiempo narra, a través de la metáfora de la pelota de tenis que golpea la red y suspendida en el aire decide en que campo caerá, la ascensión de un arribista (aquí la sombra de Barry Lindon es alargada) dispuesto a conseguir el ascenso social a cualquier precio. El azar y la suerte del personaje en sus acciones es el motor sobre el que se construye la película.
Un impecable ejercicio de estilo con el que el director neoyorquino aparca la comedia y actualiza el personaje de Kubrick trasportándolo a nuestros días.
27 noviembre 2005
Viendo Match Point (2005), de W. Allen
Publicado por Zelig a las 23:38
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9 comentarios:
Caramba que serio me he puesto al hablar de papá.
Pues vaya con la pelotita...
Es tan arbitrario todo lo que depende de las pelotitas...
Si yo te contara querido Zelig...
cuente cuente...
k nivel...
y bajando oiga...
pero qué académico y qué poca mala baba! hay que matar al padre o no superas la fase anal en tu puta vía. vale, a mí también me ha gustado mucho match point, sálese.
¿Fase anal? Sin duda no la he superado
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