27 noviembre 2005

Viendo Match Point (2005), de W. Allen

Uno de los rasgos propios de lo que ha venido llamándose posmodernidad es el azar y la imposibilidad del ser humano de controlar su propio destino, las novelas de Paul Auster, sin ir más lejos, se construyen a través de este hecho.
Match Point, el nuevo trabajo de Woody Allen, y la mejor película del director en mucho tiempo narra, a través de la metáfora de la pelota de tenis que golpea la red y suspendida en el aire decide en que campo caerá, la ascensión de un arribista (aquí la sombra de Barry Lindon es alargada) dispuesto a conseguir el ascenso social a cualquier precio. El azar y la suerte del personaje en sus acciones es el motor sobre el que se construye la película.
Un impecable ejercicio de estilo con el que el director neoyorquino aparca la comedia y actualiza el personaje de Kubrick trasportándolo a nuestros días.

9 comentarios:

Zelig dijo...

Caramba que serio me he puesto al hablar de papá.

Anónimo dijo...

Pues vaya con la pelotita...

Zelig dijo...

Es tan arbitrario todo lo que depende de las pelotitas...

Anónimo dijo...

Si yo te contara querido Zelig...

Zelig dijo...

cuente cuente...

Anónimo dijo...

k nivel...

Zelig dijo...

y bajando oiga...

Anónimo dijo...

pero qué académico y qué poca mala baba! hay que matar al padre o no superas la fase anal en tu puta vía. vale, a mí también me ha gustado mucho match point, sálese.

Zelig dijo...

¿Fase anal? Sin duda no la he superado