08 abril 2008

De cómo Charlton Heston se convirtió en un poeta maldito. El mito de Bronwyn

La muerte de Charlton Heston se une a la sangría de otros grandes muertos recientemente como Richard Widmark o Rafael Azcona. Heston vivió sus últimos años envuelto en la polémica generada por su fervorosa defensa de la posesión de armas y sus posiciones conservadoras, curiosamente muy alejadas de las posiciones liberales y democráticas que defendía en su época de esplendor. Ese era el hombre, pero aquí (como dijo el gran John Ford en El hombre que mató a Liberty Valance) publicamos la leyenda.

Heston fue un actor de una enorme fuerza y presencia en pantalla, además de un gran intérprete, algo que a mi juicio siempre se le ha desmerecido. A las memorables, y grandiosas, supreproducciones bíblicas, Ben-Hur y Los diez mandamientos, hay que añadir que fue el productor y el actor principal de la que probablemente es la mejor película de Orson Welles, Sed de mal, y eso, señores, son palabras mayores.

El amigo americano también protagonizó un filme no muy conocido (y eso que es una excelente película), pero fundamental en la historia de nuestra poesía: El señor de la guerra. En este filme, Heston es un señor feudal que regresa después de batallar en las cruzadas a tomar posesión de un castillo -que creo que le es legado-, allí se enamora de una bella aldeana, Bronwyin, y ejerce su derecho de pernada, sublevando a sus vasallos. La película, a parte de la dureza con que trata el vasallaje, es bastante fiel en la recreación de la época y en el asedio a un castillo medieval.

La singularidad de este filme viene dada por el poeta Juan Eduardo Cirlot, un reconocido crítico de arte (miembro de Dau al Set) y experto en simbología y hermenéutica medieval de mediados del siglo pasado (murió en los setenta), que tras ver este filme quedó fascinado con el personaje de la aldeana (interpretado por la bellísima Rosemary Forsyth, una actriz que nunca hizo nada más reseñable). Cirlot, que era poeta oculto, dedicó desde ese día toda su obra poética a ella, concretamente al personaje interpretado por la actriz, es lo que se conoce como "el ciclo de Bronwyn".

La poesía de Cirlot, maldita durante muchos años, de carácter experimental, medievalista, arriesgada, compleja, permaneció oculta hasta hace pocos años. Hoy está perfectamente editada y es considerada una referencia ineludible en la poesía de la segunda mitad del siglo veinte, y creo que su importancia irá creciendo cada vez más con el curso de los años. A mí, personalmente, me encanta.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no creo que Heston fuera un gran intérprete. tenía dos gestos, o mejor dicho un gesto(cara mezcla de cabreo y restreñimiento) y una pose (enseñarlo todo de cintura para arriba). Entiéndanme, no lo estoy criticando, es un grande del Hollywood clásico, y llenaba la pantalla en las superproducciones que protagonizó. En las pelis más modestas ya iba más justito. Yo siempre lo recordaré como el prota de El planeta de los simios, gran película de ciencia ficción, con ese espeluznante final, donde Charlton lo borda.
Gran película El señor de la guerra, coincido con usted sr. Zelig. La vi hace tiempo, pero recuerdo que me impactó bastante. Además la ambigüedad ideológica de la trama, por un lado cabreante, dejaba un aroma a políticamente incorrecto ciertamente desafiante.
¡Hombre sr. Zelig! creo que su post se ha ido por la tangente. No se si será de la satisfacción de nuestro amigo Lev.

Anónimo dijo...

Bueno bueno, he de reconocer que al invitarle a realizar una oda al gran Charlton pensé que ud se iría de verdad por la tangente y me saldría con un poco agradable "no me interesa". Pero veo luego que coincide conmigo en esa admiración por el personaje/actor y me alivia. Yo lo recuerdo por Ben-Hur, sin duda una de las grandes de la historia y por su Judá, entrañable y violento a partes iguales.
Es cierto que como dice el amigo Young luego se va por la tangente, pero se lo perdono al ser de mucho interés todo lo que nos cuenta, y recomendar ese Señor de la guerra que queda en el archivo interminable de películas pendientes de ver...

P.S.: que le parece amigo Zelig el nuevo formato mini de Fotogramas? A mi me tiene entusiasmado!!!

Zelig dijo...

Obviamente no pensaba señor Lev que le iba a hacer un post al uso, la tangente es mi camino natural.

Lo que no he leído nunca es ninguna entrevista sobre que piensa la susodicha Forsyth (aka Bronwyn) sobre la obra de Cirlot, si es que la conoce, sería interesante que alguien se aventurara a hacerla.

Zelig dijo...

Sobre el nuevo Fotogramas lo vi el otro día en la librería pero no lo hojee. Imagino que han hecho lo mismo que hicieron no hace mucho con "Quo"; esto es, reducir, de forma literal, la edición madre. A mí, personalmente, no me gusta, su legibilidad es inferior y se nota que no está adaptada la tipografía ni las imágenes al formato. Es lo que en círculos burbujiles se llama "lonchafinismo" (término que para conocer su significado les recomiendo visiten la página de burbuja.info).

Anónimo dijo...

Lo que ud diga, pero mucho más manejable es, y en sitios como el tren, o el lavabo, se agradece mucho. Efectivamente es una reducción pura y dura de la original, prepare la vista si la tiene chunga, pero repito que me gusta mucho la opción mini.

Anónimo dijo...

Siempre he pensado y pensaré que era un gran actor y un facha rancio,... pero alcé mi copa por él.

Zelig dijo...

Señor Giligand estoy seguro que son pocos los motivos por los cuales usted no alza una copa.